¿Debemos seguir una sola religión?

De acuerdo, se trata de una cuestión delicada. ¿Necesitamos realmente la religión? ¿Es posible existir espiritualmente sin un dogma religioso? Estas son solo algunas de las preguntas que nos formulamos actualmente sobre la religión. Junto con un resurgir del fundamentalismo, estamos asistiendo a un resurgir del cuestionamiento de los dogmas fundamentales. ¿Te acuerdas del día en el que elegiste tu religión? Pocas personas lo recuerdan, porque pocas personas eligen realmente su religión. En general, se trata de una serie o de un conjunto de creencias implantadas en nuestra mente a edad temprana y basadas

en las creencias religiosas de nuestros padres. Y, para muchos, el deseo de pertenecer a una familia o tribu es superior al proceso de toma racional de decisiones, lo cual nos lleva a adoptar creencias que a veces son muy dañinas.

Si es verdad que la religión puede tener una inmensa belleza, también, lo es, que puede encerrar grandes dogmas que provocan culpabilidad, vergüenza y cosmovisiones basadas en el miedo. Hoy en día, la mayoría de las personas que son religiosas en todo el mundo eligen una sola religión que seguir. Pero este porcentaje está disminuyendo a medida que más y más gente, especialmente los millennials, adoptan el modelo «espiritual pero no religioso».

Creo que la religión fue necesaria para la evolución del ser humano, al ayudarnos a desarrollar las directrices para una buena conducta moral y para la cooperación dentro de la tribu., hace cientos y miles de años. Pero hoy en día, cuando la humanidad está más conectada que nunca y tiene en gran parte acceso a los diversos conocimientos y tradiciones espirituales del mundo, la

Idea de seguir una religión en particular puede resultar obsoleta. Además, creo que la aceptación a ciegas de los dogmas religiosos nos frena en nuestra evolución espiritual como especie.

El núcleo de una religión puede estar conformado por hermosas ideas espirituales. Pero a su alrededor se superponen siglos de reglas caducas que pocos se atreven a cuestionar. ¿Puede una persona ser un buen musulmán sin ayunar durante el Ramadán? ¿Se puede ser un buen cristiano sin creer en el pecado? ¿Y un buen hindú comiendo carne? ¿Es la religión un modelo viejo que necesita ser actualizado?

En mi opinión, la mejor alternativa consist e en no suscribir ninguna religión, sino en escoger creencias de todo el espectro de religiones y prácticas espirituales del mundo.

Yo nací en el seno de una familia católica, pero con el paso de los años he llegado a crear mi propio conjunto de creencias, derivadas de lo mejor de cada religión y de cada libro espiritual que he llegado a conocer. No elegimos un alimento para comerlo todos los días.

Entonces ¿por qué debemos elegir una religión? ¿Por qué no podemos creer en el modelo de amor y bondad de Jesús, donar el 10 por ciento de nuestros ingresos a la caridad como un buen musulmán y pensar por otro lado que la encarnación es asombrosa?

Existe mucha belleza en las enseñanzas de Cristo, en el sufismo del islam, en la Cábala del judaísmo, en la sabiduría de las enseñanzas budistas del Dalai Lama. Aun así la humanidad ha decidido, en general, que la religión ha de ser absolutista: en pocas palabras, hay que elegir una y seguirla durante el resto de tu vida. Y lo que es peor, transmitirla a tus hijos mediante un adoctrinamiento temprano, de modo que sientan que tienen que mantenerse fieles a ese camino verdadero para el resto de su vida. Y así a lo largo de generación en generación.

Elige, una religión si aporta significado y satisfacción a tu vida, pero sé consciente de que no tienes que aceptar todos los aspectos de tu religión.

Puedes creer en Jesús y no creer en el infierno. Puedes ser judío y disfrutar de un buen sándwich de jamón. No te dejes atrapar por definiciones estrictas y preestablecidas de un camino único, pensando que debes aceptar todas las creencias de un grupo en particular. Tu espiritualidad debe ser un descubrimiento, no una herencia.

El modelo tradicional de religión es algo así como «solo puedo ser espiritual si sigo una determinada religión». Pero ¿por qué no considerar que nuestro yo espiritual existe independientemente de los sistemas religiosos y que la moral no depende de la religión o de creer en Dios? La bondad, la amabilidad y la regla de oro que dice que trates a los demás como te gustaría que te trataran a ti no tienen por qué enseñarse a través de la religión. Según el libro , (Bueno sin dios) de Greg M. Epstein, del movimiento humanista en la Universidad de Harvard, la cuarta corriente espiritual con más seguidores en el mundo después del cristianismo, del islamismo y el hinduismo es hoy en día el humanismo. Este movimiento se basa en el concepto de que no necesitamos la religión para ser buenos. Se diferencia del ateísmo en que los humanistas creen que hay un «Dios», pero que no es el ser furioso y sentenciador que muchos textos religiosos quieren que sea. En lugar de ello, para un humanista, «Dios» podría ser el universo, o la conexión de la vida con la Tierra, o solo espíritu. El humanismo abre una nueva vía a personas que desean rechazar las reglas sin sentido de la religión, pero que no quieren abrazar el ateísmo. Existen en la actualidad en el planeta en torno a un millón de seguidores del movimiento humanista y su número sigue creciendo.

Además de explorar el movimiento humanista, podrías tratar también de Crear tu propia religión, rica en tradición y en experiencias de Autodescubrimiento, pero libre de reglas sin sentido propias de una religión organizada. Y así saciar la insatisfacción crónica que nos persigue desde hace mucho tiempo, alejada de los dogmas de las religiones mayoritarias. El mundo se transforma tan deprisa que apenas somos consientes de cómo son esos cambios.

Fraternalmente

Erool

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64.


Bibliografía.

Libro: En Busca de una religión personal de Thomas Moore,

Masonería y religión.

Hago uso de la palabra en esta ocasión para compartir con mis hermanos unas breves reflexiones sobre un tema complejo y que para abordarlo con la profundidad debida, se requiere mucho estudio; sin embargo el objetivo de estas líneas es aportar una contribución en el esclarecimiento del tópico: Masonería y religión. 

Las palabras son un acuerdo entre la humanidad. La RAE define religión como: “Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.”   Esta definición se construye tal vez con apoyo en la etimología de la palabra. 

Religión viene del latin religio, -ōnis, que significa escrúpulo o delicadeza (1); otros más se pierden en su origen semántico, e indican que dicha palabra deriva de las voz re-ligare, algo así como atar, unir o volver a unir.  Como la voz de origen dista mucho en ocasiones del concepto aceptado en el presente, hablar de significados, definiciones  y etimología podría resultar una pérdida de tiempo, entonces preguntémonos ¿Es la Masonería una religión? 

Mi respuesta, de acuerdo a mi experiencia, es que no. Para mi la Masonería no es ni una religión, ni la religión. Aunque cada hermano tiene el derecho de convertirla en su religión si así lo prefiere.      

Observo que la religión tiene algunas características que no comparte con la Masonería. Nuestra Orden, contrariamente a las religiones, no pretende estar en posesión de la verdad. Ellas se caracterizan por: “Prometer, Creer y Convertir”. Las religiones prometen la salvación; creen en una teología precisa, convierten a los no creyentes y finalmente, todo lo anterior está apoyado en dogmas. La Masonería, sin embargo, da negativo en los cuatro casos. La Filosofía Moral no promete ninguna salvación; no tiene una teología específica, no quiere convertir a los no adeptos y no se aferra a ningún dogma; al contrario pretende derribarlos.  

Se suele pensar que nuestra respetable corporación es una religión, porque por medio de nuestros estudios abordamos aspectos metafísicos y esotéricos por los cuales conocemos los deberes que el ser humano tiene para con la divinidad; manejamos prácticas rituales y nuestra filosofía también sostiene un conjunto de normas  morales para la conducta individual y social. Pero estas características no la convierten en una religión. 

No deben usarse los Landmarks o antiguos límites para afirmar que la Masonería es una religión. La creencia en la existencia de Dios como el Gran Arquitecto del Universo es uno de los Landmarks más importantes de la Orden. Siempre se ha considerado que quien niegue la existencia de un Poder Supremo y Omnipotente no puede ser un iniciado.

Tal vez por esto, Joseph Fort Newton en su texto “La religión de la Masonería” nos dice que nuestra orden es … “un sistema de misticismo moral que expresa la fe en Dios y en la vida eterna mediante antiguos y sencillos símbolos entresacados del arte de la construcción que aduce las mejores cualidades de la naturaleza humana y enseña la confraternidad de toda vida”. Esa es la opinión de nuestro hermano el autor y cabe aclarar que en mi caso, creo que los conceptos de vida eterna y la fe en Dios, no deben entenderse en el contexto que lo emplean algunas religiones; para la Filosofía Moral tienen un significado distinto que cada uno con su trabajo y estudio debe encontrar.  

Desde las constituciones de Anderson se estableció que el Masón está obligado por su carácter a obedecer la ley moral. Pero se considera hoy mucho más conveniente obligarlo tan sólo a profesar aquella religión que todo hombre acepta, dejando a cada uno libre en sus individuales opiniones; es decir, que han de ser hombres probos y rectos, de honor y honradez, cualquiera que sea el credo o denominación que los distinga. De esta suerte la Masonería es el Centro de Unión y el medio de conciliar verdadera Fraternidad entre personas que hubieran permanecido perpetuamente distanciadas. 

Tratar de definir el concepto religión es muy complejo y puede que algunos estimen que tratar de lograrlo, nos conduciría a una discusión bizantina.  Conformar una herramienta para que el género humano se vuelva a unir al creador, para mi es innecesario. El principio creador de todo cuanto existe, es una gran mente que se manifiesta por medio de energía perceptible en múltiples formas. Todos somos parte de ese principio, de ese gran todo; y como tal, siempre tenemos una conexión con él, nunca la hemos perdido. No conocernos a nosotros mismos, nos hace suponer que tal cosa ha sucedido.  Ese vínculo es innato e indestructible y no me queda duda que en su momento regresaré al lugar de donde vine, a las manos del creador.  

Los masones oramos, nuestra oración es el trabajo. No sólo la labor exterior, sino el trabajo interior, que nos permite conocernos a nosotros mismos. Viene a mi mente la Biblia cuando en Mateo 6, versículos del 5 al 8 se bis señala lo que Jesús de Nazaret enseñó al afirmar que:

“5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.

8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”.    

Las palabras del Rabí de Galilea sobre este tema son tal vez  una parábola, pero llevan para mi un valor casi axiomático, si no satisfacen mi razón positivista, aun así por algún motivo, confieso que me llenan de paz. Desde mi punto de vista ponen de manifiesto la conexión que cada uno de nosotros tiene con Dios y la forma de entrar en contacto con él, aunque respeto a quien no lo perciba como yo. 

Pienso que la Filosofía Moral en realidad sostiene una postura deísta respecto a la divinidad, es decir, afirmamos que existe un principio creador y rector que no interviene en el desarrollo de la vida en el universo y en el mundo. Todo se rige por leyes naturales que se revelan a sí mismas, a través de la luz de la razón y de la naturaleza. Pero esta postura no es respetada por todos. Algunas organizaciones consideran a nuestra Orden como una religión rival de índole naturalista a la que deben oponerse por el supuesto deber que les exige su fe en la divina revelación. 

Sin embargo coincido con Joseph Fort Newton cuando afirma que la vida espiritual de la humanidad …“es una indagación y una conquista, cualquiera que sea la forma en que se asuma o el ritual de que se valga”. Yo creo que en todo caso en la Masonería hay un modo de actuar y de pensar, si de fe, de libertad y de fraternidad que acepta las verdades de la fe de cada uno y de la revelación que su razón descubra; pero que deja a cada cual que las interprete como su conciencia le dicte. 

Es cuanto.  

FRATERNALMENTE


Luis

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64.


Bibliografía.

Liturgia del Primer Grado.  Diccionario de la RAE en internet.  Bliblia Reina Valera 1960.  La religión de la Masonería- Joseph Fort Newton. (1) Diccionario etimológico del español de Joan Corominas