El Masón construye y libera

Una característica fundamental para acercarse a la orden masónica y por ende a su Filosofía Moral, es la existencia de un sentimiento innato que se gesta en algunos seres humanos, por el cual se percibe en el mundo y la vida propia una oscuridad absoluta. Esa situación del ignorante que obedece automáticamente al impulso que le dan y que por su conciencia no puede admitirlo; quien siente una cuerda ciñendo su cuello, pues comprende que somos  esclavos de las preocupaciones que se nos inculcaron en la alborada de nuestra inteligencia.  

Sin esa sensación no se puede ingresar a la orden y menos aún permanecer en ella. La Masonería como estilo de vida, es incompatible con productos terminados. Quienes no pueden dejar caer el lastre que la sociedad echa sobre sus hombros, en virtud de una educación viciada, no pueden alcanzar la libertad. 

Aquí aprendemos que cada uno va construyendo un templo, es decir, un sitio sagrado alejado de cualquier aspecto profano y vulgar. Con la constancia en el trabajo y el estudio podemos ir formando un amplio campo de conocimiento fidedigno; no solamente aquellos datos que conocemos porque repetimos lo que otros nos dicen. El objetivo de la Masonería como corporación es que mediante el trabajo individual de cada miembro se encuentre la verdad y se  comunique a sus adeptos.   

Desde mi punto de vista, la única libertad que podemos alcanzar, es precisamente la libertad de pensamiento, ya que toda acción humana comienza primero con una idea. Grosso modo diré que nuestra reflexión nos permite ejercer el libre albedrío y; habrá ocasiones en que no somos libres para trazar un círculo cuadrado, para vivir sin cabeza o detener ciertas acciones reflejas. Estos no son obstáculos para la libertad, sino condiciones de la libertad. Por ello podemos concluir que somos libres para hacer todo aquello que no sea una contradicción, pues la conciencia es una visión de la realidad libre de ideas y prejuicios, sean estos buenos o malos.

De ahí que venga  a mi mente la idea que se atribuye al filósofo Michael Foucault puesto que se dice que para él: es inútil tratar de resistir a las opresiones e injusticias de la vida moderna, puesto que hasta nuestros sueños de libertad no hacen sino añadir más eslabones a nuestras cadenas; no obstante, una vez que comprendemos la total inutilidad de todo, podemos por lo menos relajar dichas cadenas.

Para mi la Filosofía Moral busca liberar al ser humano; no es un camino para la iluminación. Si alguno de nosotros logra iluminarse como los grandes iniciados, será porque ya ha dejado de ser humano. Ha dejado de vivir conforme a la naturaleza de esta vida; pues el Creador nos imaginó libres y nos regaló nuestro pensamiento y conciencia, para lograrlo, no para copiar a la divinidad e iluminarnos a su altura. 

Pero la liberación no se logrará, si no se cuestiona lo que hemos aprendido y tenemos el valor de dejar atrás lo que no se ajuste a la razón, ni a la naturaleza de las cosas; sin importar cual sea el origen de esa creencia que con estudio y trabajo se supera. Ese es el único camino del conocimiento fidedigno. Por eso al construir nuestro templo con empeño en la virtud, nos liberamos a nosotros mismos.  

Fraternalmente

Luis.