¿Por qué Don Quijote de la Mancha no fue inciado en Masonería? Fantasía Masónica.

¡ALARMA! ¡ALARMA! A las puertas del templo llaman profanamente.

¿Y Quien osa interrumpir nuestros trabajos?

Soy yo, el hermano terrible que conduce a un caballero sin tacha, triunfador sobre hidras y dragones, el mas alto de la andante caballería.

¿Y con que derecho pretende que le demos entrada?

Con el de haber nacido en el reino de la quimera, de un titan de brazos de mármol y alma de oro, con el de ser amo y señor del Ensueño, ser invencible y alguna vez, vencedor en singular combate de los gigantes y del caballero de los espejos. Con el de haber hecho huir a turbas de fantasmas y con el de ser esclavo y servidor de Doña Dulcinea.

Siendo así, que pase.

¿Cómo os llamáis?

Alonso Quijano, llamado el bueno.

Retiraos, ¡no sois el que esperábamos ¡

Retiradme la venda y dadme mi invencible espada y os enseñare la forma de tratar a un caballero.

Perdonad, vuestro valor es tanto, que solo existe un hombre en el mundo que pueda igualarlo y hablar con tanta arrogancia.

Quien ¿Además de mí?

Don Quijote de la Mancha, el hombre cuyo lugar estas ocupando en estos momentos.

El mismo que viste y calza, o que medio viste y que medio calza, ¡Soy Don Quijote!

¿Sois en verdad el que decís?

Probad mi valor y os convenceréis.

Nos basta vuestra palabra, continuemos.

¿De dónde venís?

Del olimpo, en busca de una Diosa.

¿Quién es esa Diosa?

La Verdad, fuerte, inmortal y bella, personificada en este mundo por mi señora y dueña, doña dulcinea, ante cuya majestad hinco reverente la rodilla.

Deteneoos!… no debéis inclinaros sino ante el Dios Creador de todas las cosas, ante el señor de la vida y de la muerte y al que nosotros llamamos el Gran Arquitecto del Universo.

Quien me ha creado a mi y a vosotros, el que me dio todo lo que soy y lo que valgo merece mi homenaje, así como lo mereció siempre la dueña de mi vida y de mi muerte, mi dulcinea.

Bien, ya que sois su caballero, decidnos ¿Qué es la Verdad?

La verdad, única, indivisible, inmarcesible, majestuosa y firme, inconmovible y eterna es el amor.

Decidnos, ¿Qué es la Belleza?

Belleza es todo lo que fulge, lo que alumbra, lo que crea, lo que permanece, lo que se admira, lo que no se juzga, sino que se siente. La belleza como la verdad, es única y eterna.

¿Creéis en la igualdad?

No, la igualdad es imposible. Los dedos de la mano aun siendo de la misma naturaleza y del mismo tronco, no son iguales. Un hombre no es igual a otro hombre, aun naciendo del mismo vientre.

¿Que pensáis de la fraternidad?

Que también es un mito, pues, si no podemos ser iguales, tampoco podemos ser hermanos y debemos admitir que no podemos sustraernos a esa ley inmutable.

Y ¿La libertad existe?

No hay mas que una, la de echar a andar por el bosque o el camino, encerrarse en la torre de marfil de la propia libertad y acatar lo hecho y mandado por los hombres, el rey, los impuestos, las leyes, la escuela, la religión, que no son sino algunas fronteras de lo que llamamos libertad. Esta no existirá jamás, ni siquiera si alguna vez los hombres fuésemos iguales y fuésemos hermanos.

¿Que le debéis a Dios?

A Dios le debo una vida que no le pedí nunca, pero como se la devolveré algún día, me siento libre de tal deuda.

¿Que debéis a vuestros semejantes?

Al barbero por sus servicios debo tres ochavos, a mi fiel escudero sancho, le debo claridad de pensamiento, enseñanza del pueblo que sufre y espera, la frase que no deja dudas, lealtad de perro en corazón de hombre, mucho le debo a ambos pagare con la misma moneda de aire y luz, así pues, declaro que en verdad nada debo a mis semejantes.

Y a vos, ¿Qué os debéis?

Me debo la gloria y la inmortalidad. De pronto el Hermano terror se acerca y colocándole la punta de una espada sobre el pecho de don Quijote le pregunta:

¿Qué sentís?

Apenas y se siente un leve punzón sobre mi ardiente y noble corazón.

¡Es una Espada ¡

¿Una Espada? Mal habla de quien tan débilmente la empuña.

Que dios os guarde de que penetre en vuestro pecho, es el castigo que se daba y aun se da a quienes cometen perjurio y faltan al honor de nuestros elevados principios.

¿Pues a donde vais?

Ya os lo dije, a la gloria

¿Y que es la Gloria?

Encontrar a la verdad, a la virtud, a la belleza, a la fuerza y al candor, personificadas por mi señora Dulcinea.

¿Qué es justicia?

Una vara que se dobla, vara imantada por el poder y que se inclina en favor de quien lo ejerce. Los hombres con la bolsa llena de dinero no son hombres frente a la justicia, sino mercaderes que la compran. La justicia humana es una balanza manejada por una diosa ciega y proxeneta, pero que no es sorda, pues conoce el ruido y el peso del oro.

¿Queréis jurar y cumplir y acatar nuestras leyes?

No, porque nadie debe jurar sin saber lo que jura, los juramentos se hicieron para los humildes de corazón, para los débiles, para los que al sentir que su voluntad flaquea tienen que asirse a una tabla de salvación por medio de un juramento.

¿Creéis en dios?

No, siento su influencia. Dios es la vida y es la muerte, es la fuente suprema y única de las cosas, porque ambos estados son los limites de nuestro transito en el mundo. Entre la nacencia y la muerte se encierra todo lo que habremos de ser, de sentir, de pensar, sufrir o de gozar. Dios es la causa y el efecto y esta en todas las cosas. Dios lo es todo y si dios está aquí está en la espada que no se hundió en mi cuerpo, en este lazo que no ata, en mi pie descalzo, en mi pecho y en vuestros pechos, esta en y con nosotros, y si dios esta en mi tengo algo de dios y si tengo algo de dios soy indigno de tamaña ofrenda.

Por último, decidnos ¿Creéis en la fuerza Creadora?

No, fuerza creadora o superior es la que hace a los hombres grandes, la que hace mártires y santos, guerreros invencibles y sabios sin sueño ni descanso, médicos que curan la lepra.

¿Creéis en la humanidad?

¿No, porque habría de creer en una fuerza humana? ¿Por qué creer en algo mortal, terreno, bastardo y sucio, obediente de la carne?

Cumple a mi deber informaros que después de haber escuchado vuestra incoherente forma de pensar, no podemos aceptaros en la Augusta institución que os habla por mi conducto.

Ya lo sabia y lo siento por vosotros, perdéis conmigo la quimera la sana locura de los soñadores, la realidad tangible de los prácticos, perdéis al rechazarme, la única oportunidad que se os deparaba para ser inmortales, perdéis la única razón que deberíais tener para afirmar que vuestras doctrinas son indestructibles, inatacables, justas y fraternales. Vosotros perdéis mas que yo, os lo aseguro.

¡Arrojadlo de aquí! Rugió con ira el venerable maestro, sacadlo de aquí para que no nos contamine.

He aquí, hermanos míos por que no fue iniciado en masonería Don Quijote de la Mancha, don Alonso Quijano llamado el Bueno.

*Tomado de: REVISTA ULTRA, Cuarta epoca, numero 2
Mayo del 2007
Por: Fernando Andrade Warner
Pagina 64

La amistad.

De origen latino, amicitia, con el significado de cariño, ternura y estima.

Su raíz proviene del “amor”.

En la Masonería el trato entre sus adherentes es el de “Hermano”, lo que supone la existencia de una “amistad iniciática”, es decir, todos aquellos que han pasado por la Iniciación, necesariamente reciben la facultad de poder amarse unos a otros.

Es común, especialmente en correspondencia, iniciar masones con las palabras: “hermano y amigo”, demostrando que el amor fraterno y la amistad pueden coexistir en paralelo.

La amistad importa en una mayor intimidad, en un afecto más profundo; la palabra, sin embargo, es parte del trato fraterno; en resumen, todo hermano es un amigo.

La amistad importa en un culto, es decir, debe cultivarse con muestras constantes de afecto y afecto.

En una familia numerosa como la masonería, siempre hay grupos selectos; unos Hermanos, con mayor atractivo que otros, formando un entrelazamiento más íntimo.

Sin embargo, en principio, la igualdad de trato no es necesaria: todos son iguales y dignos de ser Hermanos.

Breviario Masónico / Rizzardo da Camino, – 6. Ed. – São Paulo. Madrás, 2014, pág. 47.

Masonería y algo más.

La Masonería es una escuela simbólica, idealista y realista y cuando esta trilogía se conjuga en una sola, su atracción es poderosa y nos retie­ne en su seno, a pesar de los vaivenes propios de una institución en crecimiento, como es nuestra augusta institución.

La masonería vista en esta trilogías simbólica, idealista y realista es algo intangible e indefinido que no podemos localizar, definir o analizar a pesar de que es absolutamente real y que está definida de un modo perfecto su orden es asombroso, justo y perfecto, quizás por eso ejerce en nosotros inconfundible seducción, algo misterioso y estimulante que nos arrastra perpetuamente adelante hacia un infinito objetivo. Y cuando te identificas con esta manera de pensar estás haciendo MASONERÍA. SÍ esto es masonería.

Querido Hermano Masón, muchas veces he observado tu actuación en el mundo profano en donde reina la inquietud y el bullicio; pero también te he visto entrar a nuestra Logia, donde reina la dignidad y el orden, y se expe­rimenta una atmósfera fraternal, y como cambia tu conducta y empiezas a mostrar tu conducta masónica en cuerpo, alma y espíritu, y cuando ocupas tu lugar y tu puesto asignado, como te identificas con el, por humilde que sea, y que bien lo desempeñas, porque colaboras con todos los demás con un solo objetivo que los trabajos sean ordenados, bellos, fuertes y llenos de sabiduría y porque no decirlo JUSTOS Y PERFECTOS. Cuando te portas de esa manara eso es HACER MASONERÍA,

Nuestros rituales masónicos, son como el agua fresca de los manantiales perenes, nunca pierden su atractivo, ni cansan, ni se envejecen, antes bien, su belleza, su majestad y su significación aumentan a medida que nos familiarizamos con ellos, nuestros rituales son trozos de suprema literatura, de satisfacción ética y de simbólicos significados. Esto es masonería y algo más.

La fraternidad masónica no sólo debe hablarse y sentirse, sino que debe vivirse en el hogar, en el trabajo, en la logia, y ¿por qué debemos vivirla? Porque la FRATERNIDAD es el verdadero nervio, corazón y espíritu de la Masonería y si la aceptamos sin evasivas, equívocos ni reservas de ningún género podemos llegar a nuestro pleno desarrollo masónico.

Cada secreto comunicado como preludio de ulteriores secretos; cada nuevo toque, cada nueva palabra sagrada conocida, no es en realidad si no una llave de paso que nos abre la puerta del esoterismo filosófico de nuestra orden. Crecer en el conocimiento masónico es hacer masonería y algo más.

Y si la masonería sigue siendo nuestra cuestión, entonces dediquemos a ella, y con ello estaremos haciendo masonería, y algo más.

Ote∴ de Chihuahua Chih, 16 de octubre 2009 E∴V∴ 

Fraternalmente 

Prof. David Hernández Álvarez. ( En el Et∴ Or∴ ).

R∴L∴S∴ Antonio Canales Olivares Número 64.

Sobre la Fraternidad.

La idea de fraternidad en Masonería no debe entenderse como una acepción cercana a la organización y estructura de un grupo, ni a una característica corporativista; tampoco como una hermandad consanguínea, ni cercanía física entre iguales. Es un concepto abstracto difícil de llevar a la práctica, de acuerdo con los lineamientos establecidos por la Filosofía Moral. Aquí unas breves reflexiones al respecto, con la finalidad de que, entendamos mejor la fraternidad y podamos fundamentar nuestra unidad y la permanencia y crecimiento de nuestra Gran Logia en bases sólidas.

La fraternidad es una divisa masónica por excelencia, el mundo profano nos distingue por nuestras acciones, sentimientos fraternales, el tratarnos como hermanos aunque consanguineamente no lo seamos. Para comprender la fraternidad entre los masones, desde el punto de vista iniciático es útil traer a colación las ideas de Magíster en cuanto a que para dicho autor ella es:  la suma y complemento de libertad individual y de la igualdad espiritual, de las que constituye la adaptación práctica. Moralmente la fraternidad es según el mismo autor tolerancia con relación a la libertad y comprensión con relación a la igualdad manifiesta en desigualdad.  

El sentimiento fraternal implica amar al prójimo como a uno mismo. Se da por sentado que el amor propio hace que cada uno se coloque  en primer orden, alcanzando una existencia digna como ser humano.  Al actuar fraternalmente, entonces mediante un amor puro y desinteresado, cada uno coloca junto a sí mismo,  en primer orden a su prójimo, para nosotros a un hermano. 

Para lograrlo, no hay construcción conceptual, no hay estudio, ni conocimiento alguno que lo garantice. Esto no es de ideas y opiniones; es de hacer, de actuar.  Este comportamiento digno, amoroso y compasivo nace del compartir y convivir juntos dentro y fuera de Logia.   Pero esto no quiere decir, que no debamos examinar con detenimiento ideas y conceptos sobre la fraternidad para entenderla mejor y practicarla siempre. Es útil a todos comprender que los seres humanos tenemos el mismo origen y destino, que en esencia ante el rasero de la muerte se borran todas las distinciones, que no tiene sentido ser el primero o el mejor cuando todos llegaremos al mismo fin. Sólo entonces, nos dice Magíster, caerán las barreras ilusorias que actualmente dividen a los hombres.

La fraternidad no puede ser sino el resultado de haberse identificado entonces de una manera aún más íntima con sus hermanos. A nosotros los masones nos ayuda el compartir el mismo ritual, pero también el convencernos de que debemos tolerar la libertad de los demás y comprender la igualdad esencial de cada uno, en medio de la naturaleza distinta de cada uno y en medio también de la desigual materialidad que desde siempre la humanidad ha generado, sin justificación. La fraternidad finalmente se transforma en una especie de amistad. Y según Aristóteles en su Ética a Nicómaco,  la amistad perfecta es la de los hombres buenos e iguales en virtud. Por eso yo digo que con mayor razón, la fraternidad perfecta es la de los hombres buenos e iguales en virtud 

La fraternidad no es nada, sin la unidad. No puede haber fraternidad si no hay unidad. La unidad en la fraternidad masónica, no es un fin o un objetivo. No somos una agrupación con una misión y una visión corporativa, construidas por un acuerdo temporal y cambiante según el tiempo y la región donde se tome. La unidad para nosotros, no es un hacia dónde, sino un cómo, un método, un camino. Es un trabajo diario,  pues la unidad es un lazo que une a los masones en todo el universo, por la profesión de unos mismos principios, es buscar la virtud, por el camino de la virtud misma. Esa liga precisamente es inalterable; y hay quien no comprende cuál es el sentido de ingresar en la Masonería, estudiar la Filosofía Moral y esforzarse por vivir conforme a sus principios.

Luis Umbert Santos en su obra Diálogos de Filosofía Masónica, nos señala que la Francmasonería es UNA y todo lo que se aparte de este principio, se extravía, se coloca fuera de su esfera y pierde todo carácter masónico. Quien toque a las puertas del templo, buscando algo distinto, tiene el derecho de ir tras ello por el sólo hecho de ser un ser humano libre, y posiblemente lo encontrara; sin embargo, no creo que eso sea lo que la Filosofía Moral realmente concede, porque si no se recorre el mismo camino, no se puede llegar al mismo destino.  

Si las logias y sus integrantes no comparten esa unidad, es decir, no trabajan por alcanzar la virtud, profesando los mismos principios, fundamentados en la libertad, la igualdad y en el amor al prójimo como a uno mismo, nunca podrán conformarse en una sola corporación universal, que soporte cualquier diferencia necesaria o estéril. 

¿Por qué a veces no se extiende o peor aún se pierde la unidad?

La respuesta es aparentemente sencilla. Aún y cuando la Filosofía Moral es muy clara desde la ceremonia de iniciación y que a pesar de que sin rodeos nos explica lo que se puede encontrar en Masonería, bien sea por ignorancia o por estulticia, el profano piensa que aquí encontrará cualquier cosa menos la virtud. Nunca repara en ella, tan es así que cuando se le pregunta al respecto, ni siquiera puede definirla.

Por otro lado, cuando se avanza en la carrera masónica sin estudiar ni trabajar correctamente cada grado, sin comprender la esencia de cada enseñanza; lo único que se logra es obstaculizar el progreso de quien si comparte la unidad, la Masonería no puede ser destruida. Sin embargo los cuerpos masónicos pueden dividirse o extinguirse.

La virtud por su naturaleza misma no es seductora, por lo cual no tiene hacia ella, una fuerza magnética atrayente y automática. De lo contrario, la Masonería o cualquier otra filosofía donde se invite al comportamiento virtuoso, sería seguida por toda la humanidad, pero no es así. Creo que el esforzarse en la virtud es útil para la vida; no deseamos imponer ninguna creencia, ni idea. Ese camino es tan bueno como muchos otros que habrá, por eso dejamos a cada cual que libremente vaya por la senda que considere mejor para sí, pues la verdad se halla siempre en consonancia a la naturaleza de las cosas y adhiere las voluntades.     

Es cuanto.  

FRATERNALMENTE


Luis

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64.

La axiología del Primer Grado.

Constantemente en nuestros trabajos se afirma una y otra vez que la Masonería es el estudio de la Filosofía Moral para conocer la práctica de las virtudes. Hemos establecido aquí que la Filosofía Moral, es más que una simple moral ya puede entenderse también en último término, como ética.

En varias disertaciones hemos dado conceptos de ética y de moral. En su libro De ética y de moral, José Luis López Aranguren nos dice que la ética es: …“la disciplina filosófica que nos dice, en el orden de los principios —no en el de los actos o el comportamiento singulares, de cada uno de nosotros, lo que es misión de la prudencia o, si se admite, de la casuística—, lo que es bueno y lo que es malo, en general, como comportamiento; o, dicho de otro modo, lo que hemos de hacer y lo que debemos dejar de hacer.”.

La moral debe entenderse como nos lo señala Fernando Fuentes Pinzón como: un sistema social de valoración de principios que tienen ejecución en la conducta individual. La moral es un sistema normativo, es decir, la moral no es descriptiva, no es una explicación de por qué una cosa es buena o no lo es; ella en realidad designa sólo lo que es bueno e impone la obligación de hacerlo; pero también nos refiere lo que no es bueno y nos prescribe no hacer determinadas conductas porque son malas. Todas estas sugerencias se apoyan esencialmente en la cultura y costumbre de la sociedad en la que nos toque vivir.

¿Les parece que comprender estos conceptos es difícil? Pues no. Ya lo dijo Schopenhauer «Predicar la moral es fácil, darle un fundamento es difícil». Darle contenido es lo más complejo realmente. Sin embargo, el objeto de este trabajo no es argumentar respecto a lo uno, ni a lo otro. En esta ocasión vamos en busca de algo más valioso, un análisis de mayor beneficio, que simples discusiones semánticas.

Lo que le da sentido a la ética e incluso a la moral, es la libertad. El mismo autor José Luis López Aranguren, nos invita a hacer una reflexión ¿Qué sentido tendría ocuparse de moral o de la ética, si nuestros actos, nuestro comportamiento, estuviesen rígidamente predeterminados? Particularmente no creo en el determinismo absoluto; soy partidario de la Ley Natural que reza “A toda acción le corresponde una reacción igual pero de sentido contrario”, según lo explicó Isaac Newton. En términos por ustedes conocidos, eso es es muy parecido a la Ley Hermética de causa y efecto.

Pero todo esto ¿qué tiene que ver con la axiología y más aún con la Masonería en su primer grado?

La axiología es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos. No se limita a utilizarlos como concepto, sino que reflexiona sobre la naturaleza y pertinencia de los mismos, sin reducirse a juicios de valor o preferencias estimativas del todo subjetivas.

La siguiente pregunta es ¿Cuáles son los valores que podemos encontrar en los estudios masónicos del primer grado? Hay que hacer un análisis de ello acudiendo a la base fundamental de nuestra filosofía, la letra de la Masonería, nuestras liturgias. Cualquier opinión de los autores de Masonería incluida la mía, es solamente doctrina, opiniones valiosas, pero simples opiniones nada más; no son por sí mismas el contenido fundamental de la filosofía moral.

Recordando, leyendo y releyendo, encontramos que:

Desde la ceremonia de iniciación se nos enseña que en esta sociedad fraternal se busca encontrar solamente hombres de Honor, entendido este como aquella cualidad donde el cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo, ocupa un lugar de primer orden. Yo diría primigenio e inalterable.

Creemos que a nuestras filas solamente pueden llegar seres humanos de pensamiento libre, con un deseo ferviente y puro de conocer la verdad. Desde este grado, no hacemos más que propugnar y exaltar la Libertad. Desde el punto de vista filosófico la entendemos como esa facultad humana para obrar como cada quien lo prefiera, responsabilizándose de sus acciones y aceptando los límites de nuestra naturaleza humana.

Magister nos señala que la Libertad, en sentido iniciático, es una adquisición individual, interior, fundamentalmente independiente de la libertad externa que pueden otorgarnos las leyes y las circunstancias de la vida. Es la libertad que se adquiere buscando la Verdad y esforzándose sobre el camino de la Virtud, o sea libertándose del error y de la ilusión, y dominando las tendencias viciosas, hábitos negativos y pasiones destructivas.

Para mi, la verdad es un valor por sí misma. Distinguir entre lo cierto y lo falso es la única forma de ejercer la libertad. Si bien la orden masónica no es una escuela, en ella se aprende que solamente estudiando, comprendiendo y escudriñando, podremos alcanzar la verdad y comunicarnos cuanto alcancemos de ella.

La igualdad es más que un elemento que integra una de nuestras divisas fundamentales. Para esta respetable corporación, nada valen las riquezas y los títulos que seducen al hombre. Al comprender esto, nos damos cuenta que nada generado por la mano del hombre puede hacernos mejor o peor que cualquiera. Entonces, no queda más que observar la naturaleza humana para entender que, el Supremo Hacedor de todas las cosas nos creó a todos iguales y así debemos tratarnos.

Lavagnini nos explica que la igualdad iniciática de la misma manera descansa sobre la conciencia de la identidad fundamental de todos los seres, de todas las manifestaciones del Espíritu o Suprema Realidad, por encima y por detrás de todas las diferencias externas de dirección y grado de desarrollo. Esta igualdad, que se realiza por medio de la Escuadra y del Nivel, es la que nos proporciona una justa y recta norma de conducta con todos nuestros semejantes, y nos asigna y nos hace ocupar el lugar que nos pertenece en el edificio de la sociedad, y en cualquier otro edificio particular al cual hayamos sido llamados para trabajar.

La humildad nos permite tener los pies en la tierra y no olvidar que nuestra naturaleza humana es finita y falible; mediante ella se comprende que no hay nadie más o menos que su prójimo, pues ante el rasero de la muerte se borran todas las distinciones. Vencer al ego no es tarea fácil, debemos emplear la virtud para lograrlo.

En los trabajos ordinarios de este grado se nos aconseja:

Desde la invocación hasta la clausura, podemos percibir que la Fraternidad es más que un modo de organización de la orden, la fraternidad como valor debe considerarse como la suma y el complemento de la libertad individual y de la igualdad espiritual, de las que constituye la adaptación práctica, siendo como la base del triángulo formado por esas dos líneas divergentes. La Fraternidad es, pues, tolerancia con relación a la libertad, y comprensión con relación a la igualdad, manifiesta en desigualdad.

También se nos aconseja la tolerancia, palabra que viene del latin tolerare y significa: soportar, ser paciente, consentir… el mal ( solamente cuando se busca evitar males mayores). Su punto de partida es el respeto al valor moral de la persona, a la dignidad del otro. De ahí que la diferencia de ideas nunca debe producir como resultado una falta de simpatía y menos aún antipatía entre dos hermanos. En honor a la fraternidad, más bien debemos tratar de comprendernos y de identificarnos mutuamente lo mejor posible con el punto de vista contrario. Toda antipatía es fundamentalmente una falta de comprensión, mientras que comprensión y simpatía son sinónimos.

En las enseñanzas de primera cámara hay muchos más valores, como la prudencia, la discreción, la moderación y otros más que se me escapan de la mente y que es mejor dejar para otra ocasión. Los valores que nuestra filosofía sostiene pueden ser englobados en lo que Adolfo Terrones Benítez y Alfonso Leon Garcia Gonzalez denominaron como una sana moral. En otras palabras, creo que en nuestra filosofía existe una progresiva moralización que siempre será social e individualmente aceptada, sin importar el tiempo, lugar, e incluso algunas circunstancias.

Si bien el objetivo del grado de aprendiz conforme a la letra de la Masonería es, sembrar en el neófito la duda filosófica que le permita aprender por sí mismo y desarrollar todas sus aptitudes morales e intelectuales, podríamos decir que el objetivo general de la Orden es formar hombres libres, ciudadanos del mundo.

Esta empresa no se ejecuta por el solo amor a la sabiduría, sino por el amor al género humano. Como nos dijo un querido hermano en la Gran Logia de Colombia: “No pedimos saber más para ser más sabios; queremos más conocimientos para poder ayudar más sabiamente”.

FRATERNALMENTE

Luis.

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64.