El Masón ante si mismo.

Cuando el ser humano se acerca a su trascendencia, lo hace a tientas, anteriormente distraído por el ruido del vulgo, después impulsado por una sensación de descontento en la vida que está llevando, movido por una voz de conciencia que le susurra preguntas, que anhela paz, que busca respuestas, que le impulsa a ir más lejos, alentado por un impulso interior que le dice que más allá de si mismo hallara un mundo muy diferente al que estaba acostumbrado, otra dimensión.
Luego cuando da los primeros pasos y se inicia en los misterios, como la misma palabra “iniciación” y su etimología lo dicen: viene del latin “initium” que significa comienzo, que a su vez viene del verbo “inire”, que significa entrar, por lo tanto comienza el camino hacia sí mismo, el camino interno.
Tan importante era esta premisa que en el oráculo de Delfos estaba esta inscripción “conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses” . En Egipto, la pirámide de KEOPS era un templo diseñado para que los futuros iniciados entraran físicamente en la alegoría de su propio ser, para entrar era la primera puerta un camino largo, estrecho y oscuro donde había que doblarse para conducirse al interior de la pirámide (a la oscuridad de sí mismo), guiados por otra persona al frente con una pequeña luz que apenas alumbraba unos pasos al frente haciendo alusión a lo poco que podemos ver de nosotros mismos al intentar auto conocernos.
Aquí en esta oscuridad el simbolismo se convierte en sabiduría, internalizando es como se construye el hombre y se forma el masón de adentro hacia afuera.
Este conocimiento que se tiene de si mismo es para conocer a los demás, para contemplar el mundo externo, ya que este en realidad no es más que un reflejo de cómo somos nosotros mismos.
Todo lo que el hombre siembre cosechará, si el hombre ama recibirá amor, si odia será odiado, si critica será criticado, todo lo que el hombre dice o hace volverá siempre a él.
Al entrar en si mismo hay una mente consiente, una subconsciente y una mente superior. La consiente es la que ve la vida tal y como se presenta y esta tiene el poder de darle órdenes a la subconsciente, la cual es una energía sin inducción, como la electricidad o el vapor, incapaces de actuar con dirección por si mismas sin una orden de la mente consiente. Estas dos nos hacen tener voluntad y discernimiento para practicar la virtud y combatir los vicios, libertad de decisión a cada acción que emprendamos o a cada palabra.
En el silencio, en la oscuridad de nuestro interior del ser, mas allá de la mente racional hay una mente superior, platón le llamaba el patrón perfecto, el diseño divino, es el verdadero destino del ser humano que ha sido transmitido por la inteligencia infinita, es ahí donde nos hacemos uno con el G:. A:. D:. U:. de esa mente viene la inspiración, la contemplación, el arte, y todo lo sutil que experimentamos en el mundo terrenal.
Con la mente consiente nos volvemos funcionales con habilidades sociales y personales, y con la mente superior en conexión con la divinidad trabajamos en lo espiritual y la parte sutil de la existencia
Bien dice el principio hermético “como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”

Fraternalmente.

IVÁN ALBERTO RICO ORDOÑEZ.

A:. M:.

R:. L:. S:. Antonio Canales Olivares Número 64.