El masón de hoy y su responsabilidad social.

Definir al masón de hoy Implica una gran responsabilidad y un gran compromiso, pues nuestra vida se mueve en una logia y en el mundo profano.

Pudiéramos definir al masón de hoy como aquel que asiste a una Logia en donde se busca conformar al hombre de hoy y de mañana como hombres libres y de buenas costumbres con la mirada fija de practicar la hermandad y el cambio hacia el progreso humano. Definirlo así, nos estaremos comprometiendo a mezclar los distintos caracteres y criterios de cada masón para lograr la aleación suficiente para que un mundo como el actual satisfaga la creciente necesidad de verdaderos LÍDERES comprometidos con la sociedad.

Los masones de hoy, como los de siempre, somos hombres de carne y hueso, que respiramos y que tenemos defectos y virtudes, defectos que debemos eliminarlos o minimizarlos aplicando LA FUERZA DE VOLUNTAD, voluntad, como una aptitud de decidir y ordenar la propia conducta para un buen resultado, voluntad para devastar esas imperfecciones y multiplicar el efecto bienhechor de sus cualidades, rasgo que distingue al masón de los demás hombres. El masón moderno debe ser un hombre comprometido con su época sin importar posición social ni el lugar donde se encuentre, buscando siempre con su ejemplo que virtudes como la fraternidad, la justicia, la honradez, el estudio, la verdad reinen entre quienes le rodean. Tal es el propósito del primer grado, que con la perseverancia y tenacidad, los aprendices se dispongan a desbastar su piedra bruta.

La historia nos muestra que las grandes transformaciones progresistas de la humanidad han sido lidereadas por hombres pertenecientes a nuestra Orden, por hermanos masones a quien hay que imitar su entereza, su constancia y su valor para lograr sus ideales y vencer a sus detractores. Debemos tenerlos como ejemplo perene.

De nueva cuenta surge al tema ese potente juez que debe guiar la Orden del masón, LA CONCIENCIA, es decir, el conocimiento que el hombre tiene de su propia existencia, de sus estados y de sus actos. La Conciencia en el masón debe estar sujeta a desarrollo y perfección por medio del raciocinio y la experiencia, conciencia que nos permite conocer el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar y alcanzar as( la superación intelectual y la superación moral.

Para que la sociedad progrese, para que la sociedad logre la satisfacción de sus necesidades requiere de personas que tengan en primer plano una CONCIENCIA COLECTIVA, un interés hacia los demás. Gente que piensa en el nivel de los demás es lo que la masonería requiere para responder a las necesidades del mundo.

Sí nos sentimos orgullosos de lo que han hecho los grandes masones por la humanidad y por el papel que ha jugado nuestra Orden en la historia del hombre, mejor sintamos más orgullo actuando y permitiendo que este presente que hoy vivimos sea mejor que el ayer, porque la presunción no basta, hay que obrar, hay que actuar. ¡De qué le sirve a la masonería alguien que no estudia? ¡De qué le sirve a la masonería alguien que no une la acción a los ideales? ¡De que le sirve alguien que en lugar de ayudar a progresar a los demás busca frenarlos? ¡De qué le sirve alguien que cuando habla de masonería declama los más bellos y sublimes pensamientos sobre ella si es abrumado por el peso de su mal proceder?. Hh.’. nosotros somos los masones del hoy. Somos nosotros el fruto del pasado y los proveedores del futuro de nuestra Orden y de la sociedad.

Luchemos por que la imagen de nuestra Orden sea la de una fraternidad bienhechora y amante del progreso y que en lugar de recibir recompensas de las masas, reciba su admiración y respeto. ¿Cómo hacerlo? quizá esto no sea fácil, pero si no luchamos conscientemente por ello jamás lo lograremos; sólo proyectando al exterior gente formada con conceptos éticos bien definidos podremos hacerlo; y, para ello es de primordial importancia un análisis de conciencia sobre lo que somos y lo que queremos ser, procurando en nosotros la práctica de la fraternidad y armonía entre nuestros Hh.’. de Logia y también entre todos los Hh.\ esparcidos por toda la faz de la tierra.

Si somos pusilánimes, temerosos, faltos de amor por el estudio y el análisis libre y crítico de cuanto nos rodea, lo único que podemos producir es una masonería floja y apática que no aporte nada al progreso de su entono social. Pero si decidimos ser estudiosos y aplicar ese estudio y superación a nuestras vidas, selectivos con nuestros candidatos para poder formar en ellos una conciencia de servicio y amor a los demás, entonces podemos estar listos para que ante una responsabilidad social actuemos como masones ayudando a construir el gran edificio de la humanidad, sólo así estaremos haciendo una masonería fuerte y respetada. De aquí se desprende pues, la necesidad de una comprendida instrucción y un conocimiento cabal de nuestras Normas que regulan la convivencia y el perfil o meta que queremos alcanzar.

Reflexionemos Qq.’. Hh.’., sembremos en nuestros talleres semillas fuertes para en un futuro cosechar buenos frutos y hagamos de nuestra vida masónica y profana, un ejemplo digno para la sociedad en general…..Desde este punto geométrico reciban un saludo fraternal .Que el G.’.A.’.D.’.U.’. los bendiga.

Fraternalmente:

Luis Raúl Jímenez Fierro.

M.’.R.’.G.’.M.’. de la M.’.R.’.G.’.L.’. COSMOS A. C., DEL R.’.E.’.A.’. y A.’. DEL ESTADO DE CHIHUAHUA. (2021-2024).

El Egregor y el Ritual.

Un egregor, es una forma de pensamiento grupal asociada a un conjunto de individuos, y que ha sido gestada, moldeada y alimentada por los pensamientos de un colectivo.

Cada pensamiento, produce una forma de energía flotante, generada principalmente por 2 aspectos: Contenido mental, es decir, el pensamiento como tal, o la idea. Y Contenido emocional, es decir, la fuerza del deseo o emoción que le damos a dicho pensamiento o idea. Esta energía puede durar mas o menos tiempo, dependiendo de 2 factores básicos: La intensidad inicial , y la energía que la alimente mediante la repetición del pensamiento, ya sea de su propio creador o por varias personas que logren entrar en comunión con la forma de energía.

Cada colectivo humano posee su propio egregor, ya sean Naciones, Religiones, Organizaciones, Equipos deportivos, y por supuesto nuestra Orden masónica, nuestra Gran Logia y nuestra Logia.

Estos egregores, o pensamientos, o formas de energía utilizan el símbolo para dar Cohesión al colectivo, y este símbolo suele ser el punto de unión para fortalecer la forma egregórica.

Los símbolos, son herramientas poderosísimas que unen a un colectivo, y que nos ayudan a transmitir esa forma de pensamiento. Algunos ejemplos de símbolos de egregores son: el Haz de lictores que utilizaron en el fascismo italiano, la esvástica utilizada por el nazismo, la escuadra y el compás masónicos, los estandartes o escudos de nuestros equipos deportivos, las banderas nacionales de cada país, nuestros estandartes de Logia, etc.

Ahora, como se transmite un Símbolo? Un símbolo se transmite a través de un ritual, ¿y que es un ritual? Es una forma repetitiva para dar vida una y otra vez a un símbolo, ya que a través de la repetición, se reviven las emociones, sentimientos y pensamientos de todos aquellos individuos que hayan hecho esto mismo a lo largo de la historia y a lo ancho del universo, y de una forma consciente o inconsciente, a través del ritual, nos conectamos, con ese egregor, y el símbolo nos es transmitido, y así mismo, la forma de pensamiento con su materia mental y emocional.

He aquí la importancia del Ritual, y de hacerlo exactamente igual cada vez que lo volvamos a vivir, y una y otra vez, estar presentes en el aquí y en el ahora, para poder recibir esta energía y que se transmita de una manera efectiva.

Cualquier cambio, omisión o actualización de un ritual, por más mínima que parezca, afecta al egregor.

Por esta razón, es sumamente importante, que cada vez que venimos a Logia, nos tomemos un momento, justo antes de entrar al Templo (Que es precisamente un lugar Consagrado para llevar a cabo un ritual), para desconectarnos del tiempo profano (Kronos) y conectarnos al tiempo sagrado (Kairos) y que a partir de ese momento, pongamos plena consciencia en cada detalle del ritual que cada semana vivimos, para permitir así, que los símbolos que revivimos, penetren en nosotros y podamos poco a poco, comprenderlos, y recibamos así, sus secretos, sus formas de energía que tienen para transmitirnos, y logren su cometido. He aquí el Trabajo Masónico.

Así es como logramos descifrar los símbolos. No se trata de aprendernos de memoria los significados que otros han dado a los mismos, no se trata de leer un libro y repetir los conceptos en nuestros trabajos como loros haciendo el famoso copy & paste, sin interiorizarlos, sin vivirlos a plenitud en nuestros rituales. Es a través del Ritual como realmente entenderemos el secreto masónico, y sólo a través del mismo, fortaleceremos nuestro Egregor. Solo así arrancaremos de sus entrañas su secreto y seremos un solo colectivo!!!

Si venimos a Logia, solo por venir, sin conectarnos al ritual, sin poner atención, cruzando piernas o brazos cortando la energía, y nos interesamos mas en los celulares o en lo que pasa fuera, entonces hemos fallado. No aportamos nada al fortalecimiento de este egregor.

Mirémonos los unos a los otros Hermanos… ¡todos los que estamos aquí, somos este Egregor!

Hagamos pues nuestra labor! Hagamos Masonería! ¡Y a través de nuestros Rituales, fortalezcamos nuestro Egregor!

¡Sólo así, progresaremos! ¡Solo así Creceremos! ¡Y Lograremos lo que en nuestros sueños mas lejanos hayamos podido vislumbrar!

NINGUNO DE NOSOTROS ES TAN FUERTE, COMO TODOS NOSOTROS JUNTOS”

Basta de individualismos, basta de separatividad, SOMOS UNO!

¡Sólo juntos, Qq Hh lo lograremos!

FRATERNALMENTE

FRATER KALKI.

M∴ M∴

R∴L∴S∴ Antonio Canales Olivares Número 64.

El ritual.

En el análisis de cualquier Religión, cultura, Orden o Escuela Filosófica, se deben tomar en cuenta las distintas dimensiones que existen, para así poder hacer una comparación más adecuada. Algunas de dichas dimensiones son: la Material o física, Vital o social, Ritual, Ética, Mítica, Doctrinal y Experiencial.

En este Trazado, me voy a enfocar el la dimensión Ritual, para que todos podamos entender la importancia del mismo, y así, poder seguir con un poco más de conocimiento los rituales de nuestra Orden durante los Trabajos regulares de nuestro Taller y comprender un poquito mejor el porqué se deben hacer como están estipulados.

El Ritual es, en pocas palabras, el modo en el que se comunica con la Divinidad. El mismo, establece una serie de parámetros para que el Hombre pueda establecer un contacto con el G.’.A.’.D.’.U.’., o bien, con alguna entidad o acontecimiento del pasado o de otros planos.

Al grupo de personas que sigue determinado ritual se le llama Egregor, y así tenemos a diferentes egregores, como por ejemplo el cristiano, el budista, el islam, el esenio, el teosófico, y por supuesto, el Egregor de la Francmasonería. En un Egregor, cada afiliado se convierte en una de sus células, y así, el poder del Egregor aumenta a través de las cualidades o facultades que cada miembro posee. Asi mismo, el Egregor aísla a cada persona de las fuerzas externas del mundo físico, es decir, que en el momento en que dicho Egregor inicia un ritual, queda aislado del espacio profano y del tiempo profano, y entra en lo que se llama “Espacio Sagrado” y “Tiempo Sagrado”. Por eso, por lo general es necesario entrar en un Templo o recinto consagrado para realizar un dado ritual. En nuestro Templo, podemos ver simbolizado a este Egregor con la cadena Masónica que rodea los 4 puntos cardinales. Cada vez que finalizamos los Trabajos y hacemos la Cadena de la Unión, fortalecemos al Egregor de la Orden masónica y de nuestro Taller en lo particular. Los integrantes de un Egregor, deben respirar juntos en pro de un objetivo común.

La Fuerza de un Egregor, está supeditada a 2 factores principalmente: 1) A la cantidad de personas que comparten el mismo ideal. Y 2) A la intensidad y perseverancia de los pensamientos de dichas personas. Es decir, mientras más personas formen el Egregor y le dediquen pensamientos intensos, más fuerte será. Por otro lado, cuando es dejado a su suerte, sin rituales, sin corriente espiritual generada a través de reglas precisas, el Egregor será lentamente destruido. Por esta razón, el Ritual tiene una importancia Capital para fortalecer a nuestro Egregor Masónico.

Hablamos de Espacio Profano, Tiempo Profano, Espacio Sagrado y Tiempo Sagrado. El Espacio Profano es cualquier espacio en donde realizamos nuestras actividades diarias y mundanas; y el Tiempo Profano es el que transcurre de manera lineal en nuestra vida diaria a través de la historia cronológica. Por otro lado, el espacio Sagrado es todo aquel lugar que ha sido consagrado como tal, y es en pocas palabras un recinto que se ha definido como un eje por medio del cual se puede comunicar lo de abajo con lo de arriba, es decir, lo más denso con lo más sutil, o en otras palabras, nosotros con la Divinidad. Puede ser un Templo, un Árbol, una montaña, una roca, una ciudad, etc. El Tiempo Sagrado, es aquel en el que entramos al momento de iniciar un Ritual. Este tiempo, no es necesariamente lineal y además es recuperable, a través, precisamente, del ritual. Es decir, asi como un recinto sagrado es una ruptura de nivel dentro del espacio profano, del mismo modo, el ritual es una ruptura en el tiempo histórico y cronológico en que estamos inmersos.

Es por esto Hh.’. que al iniciar nuestro Ritual durante nuestros Trabajos regulares, lo primero que hacemos es colocarnos a resguardo de la indiscreción de los profanos, para asi desconectarnos del mundo profano y conectarnos al mismo tiempo con otro tiempo y con otras personas a través de la efectividad del ritual. Esto se explica mejor, con la idea de resonancia mórfica.

La hipótesis de la Resonancia Mórfica consiste en un campo de memoria propio de cada especie. Este campo mórfico permite la transmisión de información entre miembros de determinada especie sin que esta acción este supeditada al tiempo y al espacio.

Siendo así, mediante los Campos Mórficos, el ritual realmente introduce el pasado en el presente. Los ejecutores presentes del ritual se conectan realmente con los ejecutores del pasado y cuanto mayor sea la semejanza en el modo como se ejecuta el ritual, mayor será la conexión resonante entre los participantes del presente y el pasado.

Para que la Liturgia sea efectiva, debe realizarse del modo tradicional, ya que a través de la participación de los miembros del Egregor, el pasado se manifiesta en el presente, y los participantes actuales se vinculan a todos los que pasaron antes. Por esta razón, los rituales tienen que realizarse de determinada forma y no de otra, ya que todo cambio u omisión está interfiriendo con esa transmisión espiritual que nos liga con el acontecimiento original y que fortalece el Egregor de la agrupación.

Así pues, los rituales no pueden ser cambiados impunemente, o por capricho, porque cualquier cambio daña la transmisión metafísica que nos liga con la tradición y debilita al Egregor grupal, necesitándose un trabajo fuerte y bien focalizado para volver a encauzarse.

Resumiendo, un Ritual debe ser: Repetitivo, Rígido en sus formas, se realiza en circunstancias particulares y en lugares específicos, consta de una secuencia ordenada y conocida por los participantes la cual constituye una actuación en el sentido teatral de representar un papel y una estilización o carácter extraordinario de la conducta, establece un vínculo con un evento, un ser o un acontecimiento mítico, posee un lenguaje propio a través de lenguas sagradas, palabras significativas y un conjunto de símbolos, debe provocar un determinado estado mental, y finalmente, es una dimensión colectiva para lograr un fin común.

Fraternalmente.

Frater Kalki.

M∴ M∴

R∴L∴S∴ Antonio Canales Olivares Número 64.