Simbolismo de la vela.

La Vela tiene un profundo simbolismo durante los rituales masonicos, ya que es a traves de ella que establecemos un parentesis. Al encenderla, estamos comunicando a nuestro Ser Interno nuestra intencion de trabajar interiormente. Digamos, que es una forma de invocar a nuestro maestro interior. Y al apagarla, cerramos el periodo de Ritual.

La vela, representa la presencia del elemento fuego e incluso su control, y en ella podemos notar una confluencia de lo Alto y lo bajo: el pabilo funde el cebo, y de ese modo el cebo entra en conexión con el fuego. Cebo, pabilo y fuego, tres elementos que nos recuerdan al Cuerpo, el Alma y el Espiritu. Si quitamos uno de ellos la vela pierde totalmente su sentido.

Para que la vela destaque tiene que haber oscuridad. Una vela a pleno dia pasa inadvertida. Podemos decir entonces que la luz es una consecuencia directa del fuego, por lo tanto, la vela nos brinda luz por un lado, calor por otro, y esa luz y ese calor generan las condiciones propicias para que nazca la vida. Luz, vida y calor, o bien, luz, vida y amor. Tres elementos propios del fuego y tambien del sol.

Por eso, una simple vela tiene la virtud de conectarnos con el fuego primordial, con el punto de origen del que habla la tradicion iniciatica, y objetivo de cualquier ritual. En las iniciaciones antiguas, como en las actuales, las velas siempre estuvieron presentes.

Lamentablemente, la mayoria de las veces por comodidad, las velas han sido sustituidas por lamparas, lo cual evidentemente, elimina el fuego de la escena y las connotaciones simbolicas terminan desdibujandose.

Desde una perspectiva ritualistica, no hay punto de comparacion entre una vela y una lampara. Podemos hacer un experimento: Contemplar una vela por un lado y una lamparita por otro y tratar de detectar que es lo que nos transmiten. (Hacer ejercicio)

Cuando las velas son confeccionadas con cera de abeja suman un simbolismo mas, ya que la abeja representa la diligencia, la laboriosidad.

Otro elemento a destacar del simbolismo de la vela es su verticalidad, lo cual propicia un encuentro entre lo de arriba y lo de abajo, determinando asi un impulso ascensional que puede observarse en esa llama que va subiendo hacia lo alto, lo cual nos ayuda a elevar nuestros mejores deseos, conectando lo terrestre con lo celeste.

Por ultimo, la vela representa la divina presencia que en hebreo recbe el nombre de “Shekinah” y que en la ritualistica siempre establece un centro. Dicho de otro modo, los cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste, representan los 4 elementos que convergen en un punto central ocupado por ese candil, por esta llama encendida que es la presencia de Dios en medio de nosotros.

Y mas aun, en el silencio y en el ambito sereno de un templo o de un sanctum, esta presencia de Dios en medio de nosotros se convierte en la presencia de Dios en nosotros, llenando nestro corazon de todo lo Bueno, Bello, Justo y Verdadero.

En fin, como vemos, las velas no se colocan en nuestro Templo o Sanctum por capricho, ni por decoracion, sino qe estan transmitiendo cosas, nos estan conectando con otras realidades, nos estan ligando tambien con nuestro maestro interior.

Todas las cosas estan comunicandonos algo. Todos los objetos que coloquemos en nuestro entorno (Y sobre todo en lo ritualistico) nos estan hablando.

FRATERNALMENTE

FRATER KALKI.

M M

RLS Antonio Canales Olivares Numero 64.

El mito de Sísifo y el ultimo viaje del grado de compañero.

En el grado de compañero el objeto de los estudios se centra en el conocimiento de uno mismo a través del estudio de las facultades de los cuales nos doto el G.’. A.’. D.’. U.’., tengo fundamento litúrgico para sostenerlo.

Si se tuviera que resumir la palabra “masonería” en una sola acepción que implicara una acción, desde mi punto de vista seria el estudio. Recordemos que la letra de la Masonería señala que esta es el estudio de la filosofía moral para conocer la práctica de las virtudes.

Este sistema filosófico y moral sugiere una conducta la cual llevan implícito un objetivo fundamental, una acción indispensable para alcanzar la virtud y la instrucción que buscamos. Este objetivo es elevar el nivel de conciencia del masón.

Una persona inconsciente se encuentra privada de su facultad de pensar, de lo único que nos distingue entre los animales. Entonces es claro que el fruto de nuestros esfuerzos labrando esta piedra bruta, incrementa el nivel de conciencia. Por eso es necesario conocer, entender y saber emplear nuestros sentidos. La filosofía moral no persigue que el masón viva intensamente, le enseña a existir conscientemente.

Cuando la atención se dispersa, el nivel de conciencia disminuye y la información que recibimos por parte de nuestros sentidos es mínima, convirtiéndonos en un ente repleto de datos que nulifican a su vez, su capacidad de pensar y discurrir.

¿En qué momento se puede elevar el nivel de conciencia? A todo el mundo se le vende la idea de que el nivel de conciencia puede incrementarse a través de la meditación; no estoy en contra de esta premisa, pero a veces es muy complejo darse un momento para viajar a nuestro interior y conectarse consigo mismo y con el Ser Supremo.

En la mitología griega se cuenta la historia de Sísifo un rey de Éfira. Él se distinguía por ser un hombre sumamente inteligente. Su ingenio superaba a la mayoría de los hombres y a veces hasta los dioses. En una ocasión Sísifo necesitaba que un río pasara cerca de su pueblo y para ello intentó convencer a Asopo  el dios de los Ríos de que le concediera ese favor. En aquella ocasión Zeus habían raptado a La hija de Asopo y éste le pidió a Sísifo que le ayudara encontrarla, a cambio de ello le concedería su río.

Sísifo se enteró de que Zeus había ejecutado el rapto e informó a Asopo quién logró salvar a su hija de las garras de su captor. El dios del trueno como consecuencia de la acción de Sísifo, lo persiguió sin mucho éxito y luego con apoyo de Hermes el dios mensajero logró capturarlo. Como castigo lo mandó al inframundo a que purgara su pena.

En aquel lugar Sisifo convence a Hades para que le permita regresar a la tierra con el fin de vengarse de su esposa pues ella omitió celebrar el funeral debido y tenía un gran odio hacia ella. La petición fue concedida y Sisifo vuelve a la vida; pero nunca cumplió la promesa hecha al dios del inframundo. Esto nuevamente ocasiona la ira de los dioses quienes nuevamente le capturan y le imponen como castigo, el único que pensaron, no podría soportar.

La condena era que Sisifo debería de empujar colina arriba una gran piedra y llegando a la cima, dejarla caer cuesta abajo, para volver a subir la roca y de nuevo verla descender para emprender una vez más la misma acción, así por toda la eternidad. Pero Camus hace una explicación de la que podemos deducir que ante lo absurdo de la vida, el tedio que genera la rutina mal entendida, aunque derive de una actividad del trabajo, debe ser superado.

Hay quien todos los días se levanta, vamos al trabajo por cuatro horas, sale a comer o vuelve a casa para intentarlo; para luego volver al trabajo por otras cuatro horas de labor. Así de seis días a la semana para descansar un solo día y luego emprender el mismo camino, una y otra vez, por semanas, meses y años.

 ¿Cómo relaciono este mito con el último viaje del compañero? Pues porque el dolor, el tedio, lo absurdo y el vicio, sólo se vencen con nuestro pensamiento. Frente a ellos no puede haber resignación de ningún tipo. Y dudo que ir hacia atrás, sin herramientas sea por defecto algo que siempre sea negativo. En realidad creo que lo que este viaje busca es elevar el nivel de conciencia, no caemos en cuenta porque vamos sorprendidos por llevar las manos libres.  

Las acciones sin sentido, absurdas, resultan de difícil comprensión para los seres humanos pensantes y tal parecería que entre más se eleva el nivel de conciencia, mayor es el castigo al intentar comprender lo absurdo, lo que no tiene significado. Así le sucedió a Sisifo.

De la lectura del libro de Albert Camus “El mito de Sísifo”, el autor hace un planteamiento que me hizo cuestionar lo yo había dado por conocimiento firme y aceptado, en relación al último viaje del compañero masón, aquel en el que ya no llevamos herramientas de trabajo. Recuerdo que la liturgia habla de un significado Moral para ese periplo, en los viajes anteriores llevábamos instrumentos de trabajo lo que supone que los empleábamos, y que por consecuencia siempre marchábamos adelante; mas en éste estábamos ociosos, y en vez de seguir con el progreso, retrocedíamos al barbarismo.

El autor explica la forma en que podemos comportarnos ante el absurdo, de alguna forma siendo hombres rebeldes. Pero ¿Qué relación guarda esto con el segundo grado? Reitero, me hace sentido este viaje, en tanto resulta útil al recipiendario para elevar su nivel de conciencia.

La Masonería coloca al trabajo como una actividad esencial del hombre, pues da frutos muy buenos. Pero tampoco prescribe que el ser humano se esclavice en su labor. Quien se afana demasiado en sus deberes, pone una venda en su ojos que no le permite ver más allá de sus herramientas y el resultado de su esfuerzo, dejando pasar la vida. Por eso el momento de ocio, si es de provecho, es el único instante en que se puede si quiera pensar y poner atención en lo que se está haciendo.

No siempre es necesario caminar hacia el frente o para adelante; el sentido y contenido de nuestra vida, aunque absurda, es algo que cada uno le confiere. Alan Watts nos dice que la conciencia es una visión de la realidad libre de ideas y prejuicios. Para desarrollar esa visión hay que conocernos a nosotros mismos.

Para lograrlo no basta el trabajo físico, intelectual o moral; se necesita del momento de descanso o de ocio que nos ayude a decantar las ideas y que permita contemplar lo que nuestros sentidos captan, para valuar en su exacta dimensión las experiencias.   

Ustedes qué piensan: ¿si retrocedemos, si marchamos sin herramientas, si no damos pasos al frente, hemos tomado un camino equivocado? 

FRATERNALMENTE

LUIS

MM

RESP LOG SIMB ANTONIO CANALES OLIVARES NÚMERO 64.

Los siete vicios.

Durante nuestro proceso iniciático, siempre hemos mantenido la premisa de “elevar templos a las virtudes y ahondar pozos sin fin a los vicios”…, este hermoso precepto lo mantendremos a lo largo de toda la carrera masónica, porque es la esencia viva del trabajo de nuestra orden. Pero esta ardua tarea de encerrar a los vicios parte del principio fundamental del compromiso con el trabajo interior, la disciplina en el trabajo esotérico es la herramienta fundamental para poder iniciar la colosal tarea de edificar ese templo interior.

Para encarcelar y dominar los vicios hace falta cavar primero los pozos y esa tarea se inicia desde el primer momento que empezamos a estudiarnos a nosotros mismo, desde el momento de la iniciación masónica, en esa parte fundamental en donde nos fundimos con el elemento tierra. En este análisis tenemos la primera arma para iniciar el estudio de esos emblemático siete vicios, que derivan en tantos elementos perjudiciales que truncan y atrasan el trabajo de todo iniciado, esa arma es la rectificación, que nos dará la luz para aceptar que tenemos esos vicios, que nos tienen dominados, que nos manejan en muchísimos casos a su antojo, pero que hemos tomado la decisión firme de ahondarlos para siempre en los pozos sin fin.


Pero sin el compromiso claro de un trabajo consciente sobre el desarrollo de nuestro espíritu no podremos lograr la meta, aun cuando el gran arquitecto nos entregue todos los dones y todas las herramientas posibles. Lo lejos que podamos llegar en ese trabajo asignado desde la etapa de aprendiz cuando recibimos la luz, es asunto exclusivo de cada Q.’.H.’. ya que para poder edificar la obra que no es más que el dominio de esos sietes vicios y transmutarlos en virtudes, se requiere, alto desarrollo espiritual, una vida de constante humildad, mucha auto-observación y sobre todo servicio a nuestros semejantes, procurando siempre ayudar y enseñar cuanto podamos, que es lo que nos dará el capital suficiente para lograr convertirnos en verdaderos alquimistas de la luz. Al integrarnos con nuestro espíritu, que no es más que nuestro maestro interno, ese venerable maestro, de muchas existencias que hoy dominado por lo denso de la materia que ocupa, rodeado de esos vicios que hoy en día están más acentuados en este plano, busca incesantemente las respuestas en diferentes caminos, hasta encontrar el compendio de herramientas que lo ayudara a edificar su obra y lo enseñara a practicar la alquimia y transformar una serie de elementos que por sí solo serían perjudiciales para su obra, en virtudes que lo consagran en el camino duro del proceso de construcción de su templo interior.

Luego de analizar y consultar alguna bibliografía y coincidir en su mayoría coloco los siete vicios: 1- La pereza, como primer aspecto negativo a estudiar y analizar, porque la inconstancia, la falta de compromiso que derivan directamente de este, hacen que los trabajo se atrasen y truncan la obra de todo iniciado, pero si sabemos trabajar este vicio a beneficio de nosotros transformándolo en la virtud de la constancia, del amor al trabajo espiritual y material, los resultados serán evidentes en el proceso de manejar los otros seis vicios; 2.La lujuria, cuánto daño y desequilibrio conlleva este elemento altamente perjudicial para el iniciado, afectando su entorno y a su familia, llevándolo a cometer cuantas abominaciones podamos imaginar convirtiéndonos en verdaderos esclavos, deshonrando el don más sagrado conferido que es el poder creador a través de la energía sexual, prostituyendo esa llama sagrada del amor en el altar de las bajas pasiones que quema la vida, y oscurece el alma llevándonos sin medida al abismo de la degeneración.

Pero el iniciado medido a su trabajo, dominado y enterrando este
vicio encama el más grande de las virtudes que es el amor puro, ese que lo
establece como hombre libre y de buenas costumbres, entregado a su familia y a la
formación de ésta con el arma más poderosa que es el ejemplo, vivificando el
verdadero uso de la moral para construir, recordando siempre que sin una vida ética
y sin practicar la moral, ningún progreso espiritual es posible; 3. La ira: que tanto
nos ciega, que nos perturba y nos convierte en amargados, que retrasa nuestro
trabajo y nos aleja de la familia y los hermanos, esa que es la base del egoísmo que
nos ata a una vida llena de maldad, es sin duda unos de los factores más
perturbadores en el proceso del crecimiento espiritual, desvanece el amor y sin
amor es imposible crear obras a la Gloria Del Gran Arquitecto Del Universo. Al
transformar la ira en armonía con nosotros mismo y nuestros semejantes,
rectificando, corrigiendo, ayudando y sobre todo perdonando, podremos seguir
cultivando el arte de trasmutar los vicios en virtudes y en este caso particular la
armonía espiritual necesaria para ejecutar ia obra; 4. La gula es otro factor
destructivo que generalmente vinculamos con la forma afanosa y desmedía de
consumir alimentos, pero este vicio aplica, al cigarrillo, la bebida, y otras tantas
cadenas que llevamos encima por permitir que éste viva de nosotros, como parásito
que destruye poco a poco nuestro cuerpo físico que fue prestado para cumplir la
obra de redimirnos en este plano. Al trabajar con este vicio y convertirnos en seres
comedidos, es decir, que es moderado, no exagerado, agresivo ni irrespetuoso,
disfrutaremos de una vida más plena, sin excesos y sin abusos de ninguna índole,
impidiendo que por nuestros propios actos destruyamos la materia que ocupamos
y el daño que muchas veces sin saber infringimos a nuestros semejantes; 4.-La
envidia sin duda, nos ciega y nos convierte en prisioneros de las más viles ilusiones,
apartándonos del trabajo por estar pendiente del trabajo de los demás, por lo que
es necesario tener la balanza del equilibrio al admirar los progresos del prójimo para
que por justo sacrificio y esfuerzo se logren las metas espirituales y materiales. 5.- La
avaricia es otro de los más perversos vicios, que nos encadena y nos ciega en el
terrible mundo del materialismo, que es atraso de todo tipo, paralizando por
completo cualquier adelanto en nuestra obra interior, llevándonos a cometer los
peores crímenes por el amor desmedido de las riquezas materiales. La dominación
de este vicio nos lleva a un comedido uso de lo material, para el desarrollo y la
mejora de la calidad de vida para nuestras familias y hermanos, sin descuidar el
óvolo, de la beneficencia que tiene que plasmarse tanto en el plano material como
en el espiritual. 6.La soberbia y 7. El orgullo, no son más que el antifaz que sigue
puesto en nuestros ojos e impide ver la luz que se nos entregó en el día de nuestra
iniciación, es un sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás
impidiendo de verdad entregarnos a una rectificación verdadera y por ende dar inicio
al trabajo de dominar estos aspectos negativos que destruyen y paralizan el trabajo
ya iniciado.

Para cumplir con el sagrado precepto de “ahondar pozos sin fin a los vicios y elevar templos a la virtud”, tenemos que liberarnos primero nosotros de los vicios, para construir esa prisión donde después de juzgarlos por la oscuridad en que nos han mantenido en este plano hemos de meter a esos vicios, para transmutarlos y lograr así nuestra gran obra: Perfeccionar nuestro templo interior. A L.’.G.’.D.’.G.’.A.’.D.’.U.’., S.’.F.’.U.’.

Es cuanto.

FRATERNALMENTE

LUIS RAUL JIMENEZ FIERRO.

M.’.R.’.G.’.M.’. DE LA M.’.R.’.G.’.L.’. COSMOS A. C.

DEL R.’. E.’. A.’. y A.’. DEL ESTADO DE CHIHUAHUA. 2021-2024.

El orador

El Orador (de orare, hablar) es el guardián y conservador nato de todas las leyes masónicas, especialmente de las fundamentales de nuestra orden. En el R∴ de instalación, el M∴R∴G∴M∴ le dice al hermano electo como orador:  

“… sois el representante del pueblo masónico. Vuestro deber es ilustrarlo y defenderlo, exigiendo el estricto cumplimiento de nuestras leyes. Procuraréis velar siempre por el imperio de la moral y la justicia”.

El lugar del orador a la izquierda del V∴ M∴ y cerca de la barandilla está elevada sobre dos gradas, e igual tamaño y forma a la del Sec∴, sobre ella estarán: los estatutos generales de la orden, las constituciones de la gran logia y los reglamentos del Tall∴ y un candelabro de siete luces, no encendiéndose más que tres en los trabajos ordinarios.

Por mucha que sea la sabiduría y por grande que sea la prudencia del Venerable Maestro, está expuesto a abusar de su poder, o a mal interpretar la ley, de donde se deduce la necesidad de un defensor de los derechos del pueblo masónico, una especie de Ministerio Público o Fiscal.

En un orador sabio, su cualidad predominante debe ser el buen criterio, este funcionario debe oponerse a toda deliberación que sea contraria a las leyes, teniendo el derecho de reclamar la suspensión de todo debate en el que crea descubrir la actitud, pasión, o que trate de sustituir a la moderación.

El Orador en trabajos abiertos, nunca hablará ni en pro, ni en contra de ningún asunto a discusión; pero si hablará sobre el punto a debate, con entera imparcialidad, señalando las ventajas o inconvenientes del caso, terminada la discusión la resume y da sus conclusiones, que el Taller, aprobará o rechazará, en forma ordinaria.

En la tenida de instrucción, si no hay instructor, él es el encargado de explicar la simbología de los grados, especialmente a los recién iniciados, en cuya felicitación procurará darles la primera lección de la ciencia masónica. Debe presenciar los escrutinios y cómputos, firmar las actas y minutas con el Venerable Maestro y el Secretario, y es el encargado de celebrar ceremonias fúnebres de la Logia.

Para Kabaleb Kasiel, en el orden simbólico el Orador representa esa ayuda divi­na que aparece en nuestra vida cada vez que iniciamos un nue­vo proyecto, esa voz que, cuando la escuchamos, nos dirige ha­cia el punto preciso, hacia ese detalle que nos situará en el camino de la consecución de nuestros objetivos. 

Para mi, a pesar de todas las labores tan nobles del orador, este oficial de la logia me parece más simbólico de la conciencia del hombre. Porque ayuda a ajustar la conducta de los hermanos ajustándola a la ley y a un proceder aplicando la sabiduría que el V∴M∴ irradia a toda la logia. En la iniciación la labor más placentera es pedir la gran luz y explicar al neófito los significados de la ceremonia y felicitar al taller por la adquisición de un nuevo obrero.

FRATERNALMENTE


Luis

MM

Resp Log Simb Antonio Canales Olivares Número 64.

Salmo 133.

Cuántas veces hemos asistido a los trabajos de Logia y hemos escuchado en la apertura de los trabajos el salmo 133 de la biblia, el cual invoca el desarrollo espiritual que debe reinar en nuestros trabajos, sin percatarnos de su profundo sentido. Es por ello que ahora me permito analizarlo con la ayuda de un Diccionario Bíblico.

El mencionado salmo se intitula:

LA BIENAVENTURANZA DEL AMOR FRATERNAL”.

Y dice:

“1!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en armonía!

2 Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Y baja hasta el borde de sus vestiduras;

3 Como el rocío de Hermón,
Que desciende sobre los montes de Sion;
Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna.”

El Diccionario Manual de la Biblia de Merrill C. Tenney, nos dice lo siguiente:

“Mira cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía, es como el buen óleo sobre la cabeza… El óleo es sinónimo de aceite; refiriéndose en la Biblia al aceite de oliva, parte importante de la alimentación. Se usaba para hacer la comida curar Heridas, como cosmético, para ungir a los altos funcionarios, como combustible y material de alumbrado. Simboliza al espíritu Santo.

“…. El cual desciende sobre la barba la barba de Aarón…”:

La barba entre los semitas, es símbolo de la dignidad varonil; se la cortaban afeitaban en señal de duelo; les estaba prohibido a los israelitas despuntarse, probablemente porque entre ellos se interpretaba como un acto religioso.

“… Como el rocío de Hermón….”:

El rocío con frecuencia es considerado como símbolo de bendición; Hermón (montaña sagrada) macizo montañoso situado al sudeste del antiguo Líbano del cual se separa un profundo valle de casi 50 km al suroeste de damasco y de una altura de 2700 m sobre el nivel del mar se le conoce con el nombre de Sion, entre otros.

… “Que desciende sobre los montes de Sion…”

Sion (elevado) monte de Hermón. Uno de los montes sobre el que estuvo emplazada la ciudad de Jerusalén. En forma figurada se refiere a la iglesia judía y a la Constitución política y al cielo.

…. “Porque allí envía Jehová bendición y vida eterna”.

Jehová.-Ternaliteración castellana del tetra grama hebreo YHWH nombre del Dios de Israel: se desconoce su pronunciación original pues debido a la reverencia que se le profesaba el nombre de Dios, nunca se le pronunciaba. Cuando se añadieron los puntos vocales al texto consonatal hebreo , Los escribas judíos insertaron al YHWH Las vocales para Adinai y se transformó en Adonai (señor). El nombre deriva del verbo “ser” y de ahí se implica la eternidad de Dios.

En el antiguo testamento hay diez combinaciones de la palabra Jehová y del libro del “Secreto de los salmos” de Magnus Brunos nos dice:

“Salmo 133.- El que rece este salmo diariamente, no sólo mantendrá el amor a la amistad de sus semejantes sino que hará otros amigos más“.

De acuerdo a lo anterior se puede llegar a las siguientes conclusiones:

Este salmo de la Biblia nos describe la forma en que en logia debemos trabajar, ya que esta palabra “hermanos, es genérica en esta parte de la biblia y se refiere únicamente a los hombres. Al decir: “que el óleo desciende sobre la barba“ y es en la logia donde de acuerdo a nuestras costumbres los que únicamente trabajan son los queridos hermanos y con ello venimos A recibir el alimento espiritual a través de los trabajos que en este punto geométrico se realizan.

Es únicamente, con el trabajo realizado por los hermanos y el propio (Alimento espiritual) con el que trataremos y podremos desbastar la piedra bruta; más en este salmo nos indica que no únicamente cuidemos de nuestra vida espiritual sino también que nos ocupemos del cuerpo ya que el G.’. A.’. D.’. U.’. (en el salmo “el espíritu Santo“) desciende de la cabeza a la barba y de ahí hasta las vestiduras, indicándonos por lo tanto que debemos de buscar a través de la luz de nuestros hermanos la conservación y perfeccionamiento tanto espiritual como físico.

Así también puedo concluir que el producto de los trabajos es como el rocío, el cual se puede tomar como sinónimo de agua y el agua en nuestra querida institución es sinónimo de vida, convirtiéndose por lo tanto en el alimento de nuestra vida espiritual. Es por ello que exhorto a los queridos hermanos a presentar trabajos para poder llegar con más facilidad a nuestro perfeccionamiento. Y con ello aprendemos a vivir mejor y de morir, buscar con mayores méritos un lugar en el E.’. O.’.

Y es la Logia del lugar físico donde buscamos la espiritualidad y con ello buscamos la perfección; y donde sino, tenemos otras oportunidades de estrechar los lazos de amistad y de fraternidad con nuestros queridos hermanos masones.

Hidalgo del Parral, Chihuahua.

Q.’. H.’. José Puga.

El discernimiento y el grado de Maestro.

Que los hermanos logren transformarse de seres humanos ávidos de alcanzar la verdad y la virtud o en otras palabras convertirse “en más que hombres” es uno de los fines de la Maestría. El poseedor del tercer grado consigue el dominio completo de todos los componentes de su ser. El dominio de los instintos es tarea especial y más particular de los adeptos de este grado.

Solamente cuando se llega a dominar los instintos y se acaba con los vicios, podemos considerar que existe una verdadera regeneración individual de toda la naturaleza humana del iniciado. 

En este grado se considera que se alcanza por completo la verdadera muerte iniciática. Ésa muerte solamente es consecuencia de una recta, justa y perfecta filosofía y; de un real conocimiento de la verdad. Yo diría que solamente a través de la filosofía, es decir, a través del amor a la verdad, se muere por completo para los errores y  cualquier forma de ilusión. 

Sin embargo, la verdad se alcanza solamente cuando se tiene un deseo tan vivo y violento de conocerla; se requiere entrar en una lucha tan enérgica, como si vuestra vida dependiera de alcanzarla. Pero ese deseo ferviente por alcanzar la verdad, la luz y la instrucción, solamente se logra, si estamos dispuestos a compartirla a los demás sin limitación alguna.

Los Maestros no podemos olvidar que nunca podrá el hombre morir para el error y la ilusión, hasta que no haya aprendido a discernir entre esta y la realidad.

La cualidad del discernimiento es consecuencia de la madurez de la conciencia individual, sobre la cual cesan gradualmente de tener poder las cosas y circunstancias exteriores que constituyen el dominio de la ilusión y de la apariencia. 

El discernimiento se adquiere con el estudio, la reflexión y la meditación, con la observación y la experiencia rectamente entendidas e interpretadas con el más alto y profundo deseo de conocer la verdad y la realidad final y fundamental que en los objetos de la misma se encierran. 

También se adquiere por medio de la práctica de la virtud, aprendiendo a preferir y anteponer los motivos más nobles y elevados de las acciones; a los motivos más bajos, innobles y egoístas. Eligiendo conscientemente entre un motivo y otro, entre una y otra determinación. Con esta elección, manifestamos un primer grado de discernimiento individual, lo usamos y expresamos, de tal manera que ese es el talento más precioso y soberano entre todos, ya que es el único que puede hacer efectiva nuestra soberanía personal, en otras palabras así se alcanza una verdadera libertad. 

Por esta razón la Masonería nos enseña fundamentalmente a pensar por nosotros mismos y hacer el bien por el bien. 

No puede haber verdadera elección sin discernimiento ya que nuestra libertad es una facultad o potencialidad latente; pero tampoco puede haber verdadero discernimiento sin elección. Esotéricamente estas dos facultades se representan por las dos columnas. La columna B es emblemática  del discernimiento individual y nuestra facultad de pensar por nosotros mismos, llevando en nuestras propias manos las riendas que guían el carro de nuestros pensamientos en el dominio pasivo de la Fatalidad. La columna J es la que indica de la misma manera la perfecta y justa elección hecha con la espada del recto juicio y discernimiento, representada por el octavo arcano, es decir de la justicia.

La verdadera maestría consiste en que aprendiendo a pensar por nosotros mismos, elegir de libremente entre el bien y el mal es dominarse a sí mismo para convertirse en un Ciudadano, soberano en el Estado. 

FRATERNALMENTE.

Luis.

Masonería y algo más.

La Masonería es una escuela simbólica, idealista y realista y cuando esta trilogía se conjuga en una sola, su atracción es poderosa y nos retie­ne en su seno, a pesar de los vaivenes propios de una institución en crecimiento, como es nuestra augusta institución.

La masonería vista en esta trilogías simbólica, idealista y realista es algo intangible e indefinido que no podemos localizar, definir o analizar a pesar de que es absolutamente real y que está definida de un modo perfecto su orden es asombroso, justo y perfecto, quizás por eso ejerce en nosotros inconfundible seducción, algo misterioso y estimulante que nos arrastra perpetuamente adelante hacia un infinito objetivo. Y cuando te identificas con esta manera de pensar estás haciendo MASONERÍA. SÍ esto es masonería.

Querido Hermano Masón, muchas veces he observado tu actuación en el mundo profano en donde reina la inquietud y el bullicio; pero también te he visto entrar a nuestra Logia, donde reina la dignidad y el orden, y se expe­rimenta una atmósfera fraternal, y como cambia tu conducta y empiezas a mostrar tu conducta masónica en cuerpo, alma y espíritu, y cuando ocupas tu lugar y tu puesto asignado, como te identificas con el, por humilde que sea, y que bien lo desempeñas, porque colaboras con todos los demás con un solo objetivo que los trabajos sean ordenados, bellos, fuertes y llenos de sabiduría y porque no decirlo JUSTOS Y PERFECTOS. Cuando te portas de esa manara eso es HACER MASONERÍA,

Nuestros rituales masónicos, son como el agua fresca de los manantiales perenes, nunca pierden su atractivo, ni cansan, ni se envejecen, antes bien, su belleza, su majestad y su significación aumentan a medida que nos familiarizamos con ellos, nuestros rituales son trozos de suprema literatura, de satisfacción ética y de simbólicos significados. Esto es masonería y algo más.

La fraternidad masónica no sólo debe hablarse y sentirse, sino que debe vivirse en el hogar, en el trabajo, en la logia, y ¿por qué debemos vivirla? Porque la FRATERNIDAD es el verdadero nervio, corazón y espíritu de la Masonería y si la aceptamos sin evasivas, equívocos ni reservas de ningún género podemos llegar a nuestro pleno desarrollo masónico.

Cada secreto comunicado como preludio de ulteriores secretos; cada nuevo toque, cada nueva palabra sagrada conocida, no es en realidad si no una llave de paso que nos abre la puerta del esoterismo filosófico de nuestra orden. Crecer en el conocimiento masónico es hacer masonería y algo más.

Y si la masonería sigue siendo nuestra cuestión, entonces dediquemos a ella, y con ello estaremos haciendo masonería, y algo más.

Ote∴ de Chihuahua Chih, 16 de octubre 2009 E∴V∴ 

Fraternalmente 

Prof. David Hernández Álvarez. ( En el Et∴ Or∴ ).

R∴L∴S∴ Antonio Canales Olivares Número 64.

Los deberes del Aprendiz Masón.

Al ingresar a la Masonería no se tiene generalmente una idea fidedigna de aquello que se va a encontrar; cualquier cosa que se diga sin haber vivido la experiencia es mera especulación y consecuencia, un derroche inútil de energía. Los juramentos que hacemos, siempre los proferimos de palabra, sin antes conocer su contenido. Es como si firmamos un documento en blanco. Pero adquirir estos compromisos no perjudica en lo más mínimo al recipiendario, pues nuestra orden practica una sana moral que es atemporal y por doquier aceptada.

En cualquier época y lugar es bien visto un ser humano que cumple su palabra, paga sus deudas, trata con tolerancia y justicia a los demás, obedece las leyes del lugar en donde vive y respeta a la naturaleza, tanto la suya propia como aquella de todo lo creado. Esa es una moral a prueba de cualquier espacio o tiempo. No hay sofista que pueda derribar tan poderoso argumento.

Litúrgicamente el aprendiz tiene 3 obligaciones fundamentales: la primera; la segunda y; la tercera que no expreso para preservar nuestro secreto y que invito a todos hagamos un esfuerzo de memoria e imaginación para situarnos en la misma sintonía, pues hemos jurado no escribir nuestros secretos.

Profundizando y siguiendo la literatura de Oswald Wirth encontramos que sus deberes hermanos aprendices son: Callar ante los Profanos, buscar la verdad, querer la Justicia, amar a sus hermanos. y someterse a la Ley. ¿Tendrán la energía suficiente para no claudicar? Yo sólo sé que su perseverancia está en el bien.

En general el Masón es un ser humano discreto, pues entiende el poder de la palabra, tanto creativo como destructivo. Por otra parte esa discreción pone de manifiesto que a él no le seducen los títulos, ni las condecoraciones, pues nuestra orden sólo busca en sus adeptos honor, virtud y talento.

La disciplina del silencio es una de las enseñanzas fundamentales de la Masonería. Quien habla mucho piensa poco. No se llega a la Verdad con muchas palabras ni discusiones, sino más bien con el estudio, la reflexión y la meditación silenciosa. Por consiguiente, aprender a callar es aprender a pensar y meditar.

Hay que buscar la verdad. En lo que venimos a trabajar se trata de eliminar los errores que desfiguran la verdad, la verdad está en todas partes, pero oculta. Hay que distinguir de entre lo falso y lo cierto, lo supersticioso de aquello que pueda ser fe o convicción. Por ello el Masón tiene prohibido hacer juicios a priori, para bien o para mal. Debe ser una inteligencia ampliamente abierta a todas las ideas susceptibles de provocar una modificación en las convicciones presentes. El que tiene sus ideas estancadas y trata de conservarlas no es un hombre de hoy, de progreso: es un pontífice que cree que sabe y que tiene fe en su infalibilidad. Si la iniciación no logra desengañarlo es porque cierra los ojos y tiende a permanecer Profano.

En el constante esfuerzo de buscar la verdad, pueden generarse roses; en principio porque ninguno aprecia la realidad igual que otro. En la base de nuestras opiniones están nuestras percepciones. Nadie está en el error absoluto y nadie, por otra parte, puede enorgullecerse de poseer la verdad perfecta. Por ello la Masonería nos recomienda la tolerancia y el respeto absoluto a la libertad de conciencia. Ya lo decía Juárez en el principio de una de sus muchas frases célebres: “Libre, y para mi sagrado, es el derecho de pensar…”. Por ello les puedo decir que no tratéis de imponer nuestra manera de ver; llevad a los demás a descubrir lo que vos mismo habéis encontrado. Pensad y haced pensar.

El Masón debe querer la justicia. Esto significa que admitimos nuestra posición como miembros de una sociedad en la cual tenemos que trabajar para que todos podamos acudir y convivamos como hermanos. No debemos perder esa capacidad empática de sentirnos herido por toda iniquidad, aun cuando no seamos la víctima directa. Esto se logra a través del estudio que eleva el nivel de consciencia, ya que aquí se aprende a mirar a los infelices y desvalidos como a uno más de nuestros hermanos.

El respeto a la ley. En cuanto a las leyes positivas, por imperfectas que sean, no son menos respetables. Ellas constituyen el elemento fundamental de toda civilización, nos dan garantías contra las arbitrariedades, aseguran el orden y se imponen como una sanción necesaria del pacto social. Un Iniciado se somete, pues a las leyes aun cuando fueran injustas. El se inclina ante la voluntad general aunque ésta esté equivocada. Sócrates prefirió beber la cicuta antes que sustraerse a la sentencia legal, pero inicua que lo humillaba.

Para el Pensador, la razón es la ley suprema, contra la que no podrá invocarse ninguna estipulación escrita. El Iniciado goza de entera libertad, porque es plenamente razonable y, por consiguiente, no puede hacer sino un buen uso de su voluntad. Se es libre porque se elige con conocimiento de causa y aceptando incluso los imponderables a los cuales siempre estamos supeditados. Al fin y al cabo, la única libertad que se tiene, es la libertad de pensamiento, es la única que se puede alcanzar y asegurar.

FRATERNALMENTE

Luis

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64.


Bibliografía.

El Libro del Aprendiz, Oswald Wirth.

¿Masonería o Francmasonería?

Esta vez mi intención es aportar información sobre un tema sencillo, determinar cuál es la acepción más adecuada cuando haya que referirse a la denominación de nuestra orden. En algunos libros se lee Francmasonería, en otros Masonería, en idioma inglés Freemasonry; algunos autores aluden a los operarios de las logias como masones, otros como francmasones y en lenguas anglosajonas se les denomina free masons.  

Nuestra propia liturgia en el instructivo del aprendiz nos señala que deberíamos decir Francmasonería, que es el verdadero nombre; pero el uso ha hecho que sólo se le dé el nombre de Masonería. Por extensión podemos deducir que propiamente, es mucho más adecuado llamar francmasón al iniciado en esta filosofía moral. 

Los autores no llegan a un consenso sobre este tema. Tal parece que el origen etimológico del término es cambiante de acuerdo a la lengua en la que busquemos el significado. Mencionaré algunos ejemplos, cada uno elija el que filosófica, moral y espiritualmente más le aproveche.    

Por ejemplo Jorge Adoum en su obra “El aprendiz y sus misterios” nos explica que el término francmasón se deriva de las raíces “phree” y “messen”, vocablos egipcios que significan, para algunos autores, “hijo de la Luz” y, para otros, “libre constructor”. Esta explicación puede tener cierto fundamento litúrgico y ritualístico, pues el masón una vez iniciado, simbólicamente renace a la luz y con apoyo en los principios de la libertad, la igualdad y la fraternidad, por su propia voluntad emprende el trabajo de construir su propio templo, su propio edificio.

Por su parte Magister en su “Manual del Aprendiz”  afirma que la palabra masón (del latín medieval macio, equivalente de cantero, de donde vino también el alemán Metzen) parece se usó por primera vez en el siglo XIII, siendo exportada de Francia a Inglaterra. La expresión francmasón (masón afrancado o libre de impuestos) aparece por primera vez en 1375.

El origen de esa última palabra se ha relacionado con los especiales privilegios y exenciones concedidos por los pontífices Nicolás III y Benito XII, en vista de la reconocida moralidad de estas corporaciones y de las obras piadosas a las cuales se dedicaban como constructores de Iglesias. Pero el real significado originario de este atributo de francos o libres ( en inglés freemasons) 

En este sentido, Rafael Fulleda Henríquez, también coincide en esencia con Magister, y nos dice que fue en el siglo XIV cuando se empieza a llamar Francmasones a los constructores que se hallaban asociados en Gremios, y se generaliza la palabra Logia para designar el sitio en donde ellos se reunían. 

Según Henri Tort Nougues, en “La Idea Masónica, Ensayo sobre una Filosofía de la Masonería”, en antaño la  libertad de ejercer un oficio estaba supeditada a una reglamentación rigurosa. Se distinguían dos tipos de oficios: los oficios reglados y los oficios jurados. Los oficios reglados estaban regidos por la autoridad pública, que promulgaba una reglamentación a la que habría que someterse si se quería ejercer estos oficios. Los oficios jurados constituían una especie de cuerpo autónomo; la admisión en estos oficios estaba condicionada a la prestación de un juramento. Los Francmasones pertenecían a la categoría de oficios jurados y lograban su pertenencia mediante juramento. 

Los masones constructores entonces se distinguían por su carácter itinerante lo que los colocaba por fuera del control municipal. Naturalmente, estos hombres no podían ser ni esclavos ni siervos, sino “libres” y dueños de su destino personal. Por lo tanto, como nos dice el V.·.H.·. Iván Herrera Michel en su libro Historia de la Masonería la Logia Operativa y sus Masones son desde el principio un fenómeno económico de origen urbano, sin restricción política territorial, que se desarrolla al compás que lo hace la burguesía. 

¿La piedra franca no aporta nada al origen etimológico del término? Pues algo hay de esto. En el libro “La piedra franca” de José Schlosser, nos explica que durante la edad media, fue extraída de las canteras francesas más piedra que en toda la historia del antiguo Egipto. Su destino: la construcción en el norte de Francia e Inglaterra. Gran parte de ella provino de las canteras de Caen. Caen es la capital del departamento francés de Calvados, ubicado al nordeste, entre el estuario del río Sena y la península de Cotentin. Piedras francas, así se denominó a estas piedras de Caen, al igual que a todas las piedras sedimentarias extraídas de otras canteras. 

Distintos autores, especialmente ingleses, han sostenido que de esta designación proviene el free utilizado en Inglaterra para distinguir a los “masons” dedicados a la construcción de catedrales (freemasons) y que su origen está en el nombre que se aplicaba a la piedra de fácil corte y talla, freestone, a diferencia de la roughstone, la piedra dura y de más difícil corte, que era trabajada por los llamados “hard hewers” (“hacheros duros”) o “rough masons”.

No obstante, todos los operarios constructores de catedrales se agrupaban en gremios, independientemente de que el reclutamiento de trabajadores para estos edificios se hacía sin considerar en absoluto su lugar de residencia. La dependencia de un nuevo patrón y la distancia hacían que en el lugar de la obra donde se establecían para trabajar no regía la autoridad de aquellos cuerpos, por lo que el masón era libre (free from …), un franc-mason (y no masón libre),franc-maçon o freemason.  

En estos casos el prefijo “free” se utilizaba separado del nombre del oficio, significando que sus integrantes tenían los privilegios que se habían otorgado al gremio.  obtener el freedom en un gremio, más específicamente en una Compañía de artesanos, significaba ingresar o afiliarse a la misma.

Tal vez para alguno de ustedes, resulte confuso determinar con seguridad cual es el término correcto con el que nos debemos referir a la masonería. Nuestra orden no se desdora porque se le llame de uno u otro modo. Lo que la enaltece es que cada uno de nosotros sea un operario que no cese en desbastar nuestra piedra bruta, para que no se piense que aquí habéis trabajado inútilmente y que habéis gastado vuestras fuerzas en vano. Comprendemos que nuestra obra está con el G.·. A.·. D.·.U.·. y nuestra recompensa en la  estimación y cariño de nuestros hermanos. 

Fraternalmente.

Luis

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64.

Política y Masonería.

Esta noche, con la venia del V∴M∴, comienzo con una pregunta ¿Es posible hacer o hablar de política en logia? He aquí unas cuantas cavilaciones, que espero les dejen algo que pensar. 

Las logias son un lugar consagrado a la amistad y a la virtud, donde los masones buscan los senderos de su propia superación. Nuestros enemigos naturales son las pasiones, la ignorancia,  el fanatismo, la ambición y otros más que coartan la libertad con la cual el G∴A∴D∴U∴ nos concibió.

Mi respuesta a la pregunta hecha, es que No.  La actividad de la política no vulnera ningún landmark o antiguo límite de forma directa. En mi concepto, en Masoneria no toda política está prohibida. La Constitucion de nuestra Muy Respetable Gran Logia COSMOS, A. C. del Rito Escocés Antiguo y Aceptado del Estado de Chihuahua, en su artículo primero, nos indica que la Masonería adopta de entre varios los principios fundamentales siguientes: 

  • La Masonería tiene como principios invariables la mutua tolerancia, el respeto a todas las opiniones, la libertad de pensamiento, el libre albedrío y el deber de extender a toda la humanidad los lazos fraternales que ligan a los masones entre sí. 
  • En consecuencia Masonería no puede convertirse nunca en una asociación política ni religiosa,ni puede estar al servicio de sectas o partidos.

La política es de acuerdo con el Diccionario de la RAE, “la Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.”. Su etimología es muy comentada y en lo particular prefiero la explicación que ubica el origen de la palabra en las raíces griegas Politike y Techne, lo que podríamos traducir como el arte propio de los ciudadanos, el arte social, el arte de vivir en sociedad, el arte de las cosas del Estado.  

En Logia podemos hablar, estudiar y hacer política sólo como ciencia, aquella parte del saber humano que se ocupa de resolver los problemas que aquejan la individualidad de cada uno, en el ámbito colectivo y los problemas de grupo. Es necesario ocuparse de ello, pues forma parte de la naturaleza humana también. Aristóteles en su obra “Politica” definía al ser humano como un «animal Político» porque sólo puede satisfacer sus necesidades y aspiraciones en el seno de una comunidad política, y puesto que es indeseable una vida humana al margen de la de sus semejantes, la realización del individuo debe llevar aparejado el bien de los demás miembros de su comunidad.

Lo que conforme a nuestra legislación no está permitido, es ejecutar acciones por las cuales nuestra corporación busque el poder público y se perpetúe en él. Tal vez esta última idea correspondería más bien a la acepción de un partido político; pero pienso que es una creencia generalizada en nuestros días, la que afirma que la actividad política actual tiene que ver precisamente con el deseo de acceder al poder público y conservarlo.

Tomemos las preguntas que se hacía Henry David Thoreau en su ensayo “Una vida sin principios”  respecto a la política, los asuntos públicos y la participación de cada uno en ellos: ¿Debe ser mi mente un escenario público donde se discutan los asuntos de la calle y los cotilleos de la sobremesa?, ¿o debería ser una estancia del cielo mismo, un templo hipetro consagrado a servir a los dioses? En nuestro caso podemos formular algunas preguntas parecidas ¿Entonces un masón debe alejarse de la política, los asuntos públicos y permanecer al interior del templo estudiando la ciencia y filosofía política solamente? 

No. El masón es un hombre libre y de buenas costumbres, un ciudadano del mundo. Como tal, debe participar en su comunidad activamente, siempre velando nada más por el bien común. Sabemos que cada uno es un obrero llamado a contribuir al edificio social, una piedra útil a la edificación.  Lo que no nos está permitido es politizar con fines a obtener el poder público.   

Del libro “Curso urgente de política para gente decente”, su autor Juan Carlos Monedero, nos explica que politizar algo, es ser consciente del conflicto inevitable entre los intereses de los individuos y grupos y los del resto del colectivo. Despolitizar significa negar el conflicto, dejar de pensar en las implicaciones colectivas del asunto. 

Numerosos autores de Masonería coinciden en afirmar que nuestra respetable corporación es enemiga de las tiranías. Yo diría que mediante la búsqueda de la luz de la verdad y el respeto a la libertad de los hombres, la Orden Masónica se erige como una resistencia rebelde a la tiranías de las ideas. 

Me parece que es un sentimiento natural, percibir que la libertad de los pueblos está constantemente amenazada, tal sentir la percibieron Lincoln, Ghandi, Bolivar, Juárez, tal vez tú o yo y muchos más incluso sin pertenecer a nuestra Fraternidad. Personalmente coincido con quien afirma que: “ La dictadura de la manipulación es peor que la dictadura del terror. Ésta se presenta como es a cara descubierta. Aquella otra comete lo que podríamos llamar el pecado contra el espíritu del Estado: presentar e incluso instilar gota a gota la falsa conciencia de una libertad que se ha arrebatado”.

El iniciado en Masonería lleva en su interior un prurito que le hace suponer que múltiples creencias, ideas o convencionalismos  no son del todo correctas, pues no satisfacen a su razón.  En mi caso, hay ocasiones en las que pienso que en el escenario social o colectivo, todo está programado para que el mundo siga una dirección predeterminada, la cual se aleja de los principios de paz, justicia y libertad que incunben a todos.  Hay momentos en que como  nos dice Zygmun Baumand en su obra “En Busca de la política” se nos hace creer que:  “Este no es el mejor de los mundos posibles, sino el único que hay. Además, todas las alternativas son peores, deben ser peores y demostrarán ser peores si se las lleva a la práctica. El liberalismo de hoy se reduce al simple credo de que no hay alternativa”. 

El masón debe tomar parte de los problemas de su comunidad y hasta donde alcancen sus fuerzas físicas e intelectuales, para ayudar a remediarlos. No podemos despolitizar las necesidades públicas, negando la existencia del problema. Pero no podemos promover, ni conducir a nuestros semejantes a acciones, que bajo el pretexto de satisfacer una necesidad apremiante de grupo, en realidad lleven implícitas la satisfacción de ambiciones personales o colectivas. 

La Masonería no busca imponer un nuevo orden mundial, ni gobernar la tierra; si acaso, mediante el estudio y trabajo logra poner orden en el caos de la vida de cada operario. Cada uno de nosotros entiende que a lo más, con perseverancia y dedicación se puede llegar a ser el primero de entre sus iguales. Incluso esa distinción en nada puede elevarnos sobre nuestros semejantes, porque a nada práctico conduciría afanarse por ser el primero, cuando se sabe que en la mesa servida, todos alcanzarán alimento para saciar su hambre.       

FRATERNALMENTE

Luis

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64.