El Masón ante si mismo.

Cuando el ser humano se acerca a su trascendencia, lo hace a tientas, anteriormente distraído por el ruido del vulgo, después impulsado por una sensación de descontento en la vida que está llevando, movido por una voz de conciencia que le susurra preguntas, que anhela paz, que busca respuestas, que le impulsa a ir más lejos, alentado por un impulso interior que le dice que más allá de si mismo hallara un mundo muy diferente al que estaba acostumbrado, otra dimensión.
Luego cuando da los primeros pasos y se inicia en los misterios, como la misma palabra “iniciación” y su etimología lo dicen: viene del latin “initium” que significa comienzo, que a su vez viene del verbo “inire”, que significa entrar, por lo tanto comienza el camino hacia sí mismo, el camino interno.
Tan importante era esta premisa que en el oráculo de Delfos estaba esta inscripción “conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses” . En Egipto, la pirámide de KEOPS era un templo diseñado para que los futuros iniciados entraran físicamente en la alegoría de su propio ser, para entrar era la primera puerta un camino largo, estrecho y oscuro donde había que doblarse para conducirse al interior de la pirámide (a la oscuridad de sí mismo), guiados por otra persona al frente con una pequeña luz que apenas alumbraba unos pasos al frente haciendo alusión a lo poco que podemos ver de nosotros mismos al intentar auto conocernos.
Aquí en esta oscuridad el simbolismo se convierte en sabiduría, internalizando es como se construye el hombre y se forma el masón de adentro hacia afuera.
Este conocimiento que se tiene de si mismo es para conocer a los demás, para contemplar el mundo externo, ya que este en realidad no es más que un reflejo de cómo somos nosotros mismos.
Todo lo que el hombre siembre cosechará, si el hombre ama recibirá amor, si odia será odiado, si critica será criticado, todo lo que el hombre dice o hace volverá siempre a él.
Al entrar en si mismo hay una mente consiente, una subconsciente y una mente superior. La consiente es la que ve la vida tal y como se presenta y esta tiene el poder de darle órdenes a la subconsciente, la cual es una energía sin inducción, como la electricidad o el vapor, incapaces de actuar con dirección por si mismas sin una orden de la mente consiente. Estas dos nos hacen tener voluntad y discernimiento para practicar la virtud y combatir los vicios, libertad de decisión a cada acción que emprendamos o a cada palabra.
En el silencio, en la oscuridad de nuestro interior del ser, mas allá de la mente racional hay una mente superior, platón le llamaba el patrón perfecto, el diseño divino, es el verdadero destino del ser humano que ha sido transmitido por la inteligencia infinita, es ahí donde nos hacemos uno con el G:. A:. D:. U:. de esa mente viene la inspiración, la contemplación, el arte, y todo lo sutil que experimentamos en el mundo terrenal.
Con la mente consiente nos volvemos funcionales con habilidades sociales y personales, y con la mente superior en conexión con la divinidad trabajamos en lo espiritual y la parte sutil de la existencia
Bien dice el principio hermético “como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”

Fraternalmente.

IVÁN ALBERTO RICO ORDOÑEZ.

A:. M:.

R:. L:. S:. Antonio Canales Olivares Número 64.

Simbolismo de la vela.

La Vela tiene un profundo simbolismo durante los rituales masonicos, ya que es a traves de ella que establecemos un parentesis. Al encenderla, estamos comunicando a nuestro Ser Interno nuestra intencion de trabajar interiormente. Digamos, que es una forma de invocar a nuestro maestro interior. Y al apagarla, cerramos el periodo de Ritual.

La vela, representa la presencia del elemento fuego e incluso su control, y en ella podemos notar una confluencia de lo Alto y lo bajo: el pabilo funde el cebo, y de ese modo el cebo entra en conexión con el fuego. Cebo, pabilo y fuego, tres elementos que nos recuerdan al Cuerpo, el Alma y el Espiritu. Si quitamos uno de ellos la vela pierde totalmente su sentido.

Para que la vela destaque tiene que haber oscuridad. Una vela a pleno dia pasa inadvertida. Podemos decir entonces que la luz es una consecuencia directa del fuego, por lo tanto, la vela nos brinda luz por un lado, calor por otro, y esa luz y ese calor generan las condiciones propicias para que nazca la vida. Luz, vida y calor, o bien, luz, vida y amor. Tres elementos propios del fuego y tambien del sol.

Por eso, una simple vela tiene la virtud de conectarnos con el fuego primordial, con el punto de origen del que habla la tradicion iniciatica, y objetivo de cualquier ritual. En las iniciaciones antiguas, como en las actuales, las velas siempre estuvieron presentes.

Lamentablemente, la mayoria de las veces por comodidad, las velas han sido sustituidas por lamparas, lo cual evidentemente, elimina el fuego de la escena y las connotaciones simbolicas terminan desdibujandose.

Desde una perspectiva ritualistica, no hay punto de comparacion entre una vela y una lampara. Podemos hacer un experimento: Contemplar una vela por un lado y una lamparita por otro y tratar de detectar que es lo que nos transmiten. (Hacer ejercicio)

Cuando las velas son confeccionadas con cera de abeja suman un simbolismo mas, ya que la abeja representa la diligencia, la laboriosidad.

Otro elemento a destacar del simbolismo de la vela es su verticalidad, lo cual propicia un encuentro entre lo de arriba y lo de abajo, determinando asi un impulso ascensional que puede observarse en esa llama que va subiendo hacia lo alto, lo cual nos ayuda a elevar nuestros mejores deseos, conectando lo terrestre con lo celeste.

Por ultimo, la vela representa la divina presencia que en hebreo recbe el nombre de “Shekinah” y que en la ritualistica siempre establece un centro. Dicho de otro modo, los cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste, representan los 4 elementos que convergen en un punto central ocupado por ese candil, por esta llama encendida que es la presencia de Dios en medio de nosotros.

Y mas aun, en el silencio y en el ambito sereno de un templo o de un sanctum, esta presencia de Dios en medio de nosotros se convierte en la presencia de Dios en nosotros, llenando nestro corazon de todo lo Bueno, Bello, Justo y Verdadero.

En fin, como vemos, las velas no se colocan en nuestro Templo o Sanctum por capricho, ni por decoracion, sino qe estan transmitiendo cosas, nos estan conectando con otras realidades, nos estan ligando tambien con nuestro maestro interior.

Todas las cosas estan comunicandonos algo. Todos los objetos que coloquemos en nuestro entorno (Y sobre todo en lo ritualistico) nos estan hablando.

FRATERNALMENTE

FRATER KALKI.

M M

RLS Antonio Canales Olivares Numero 64.

El mito de Sísifo y el ultimo viaje del grado de compañero.

En el grado de compañero el objeto de los estudios se centra en el conocimiento de uno mismo a través del estudio de las facultades de los cuales nos doto el G.’. A.’. D.’. U.’., tengo fundamento litúrgico para sostenerlo.

Si se tuviera que resumir la palabra “masonería” en una sola acepción que implicara una acción, desde mi punto de vista seria el estudio. Recordemos que la letra de la Masonería señala que esta es el estudio de la filosofía moral para conocer la práctica de las virtudes.

Este sistema filosófico y moral sugiere una conducta la cual llevan implícito un objetivo fundamental, una acción indispensable para alcanzar la virtud y la instrucción que buscamos. Este objetivo es elevar el nivel de conciencia del masón.

Una persona inconsciente se encuentra privada de su facultad de pensar, de lo único que nos distingue entre los animales. Entonces es claro que el fruto de nuestros esfuerzos labrando esta piedra bruta, incrementa el nivel de conciencia. Por eso es necesario conocer, entender y saber emplear nuestros sentidos. La filosofía moral no persigue que el masón viva intensamente, le enseña a existir conscientemente.

Cuando la atención se dispersa, el nivel de conciencia disminuye y la información que recibimos por parte de nuestros sentidos es mínima, convirtiéndonos en un ente repleto de datos que nulifican a su vez, su capacidad de pensar y discurrir.

¿En qué momento se puede elevar el nivel de conciencia? A todo el mundo se le vende la idea de que el nivel de conciencia puede incrementarse a través de la meditación; no estoy en contra de esta premisa, pero a veces es muy complejo darse un momento para viajar a nuestro interior y conectarse consigo mismo y con el Ser Supremo.

En la mitología griega se cuenta la historia de Sísifo un rey de Éfira. Él se distinguía por ser un hombre sumamente inteligente. Su ingenio superaba a la mayoría de los hombres y a veces hasta los dioses. En una ocasión Sísifo necesitaba que un río pasara cerca de su pueblo y para ello intentó convencer a Asopo  el dios de los Ríos de que le concediera ese favor. En aquella ocasión Zeus habían raptado a La hija de Asopo y éste le pidió a Sísifo que le ayudara encontrarla, a cambio de ello le concedería su río.

Sísifo se enteró de que Zeus había ejecutado el rapto e informó a Asopo quién logró salvar a su hija de las garras de su captor. El dios del trueno como consecuencia de la acción de Sísifo, lo persiguió sin mucho éxito y luego con apoyo de Hermes el dios mensajero logró capturarlo. Como castigo lo mandó al inframundo a que purgara su pena.

En aquel lugar Sisifo convence a Hades para que le permita regresar a la tierra con el fin de vengarse de su esposa pues ella omitió celebrar el funeral debido y tenía un gran odio hacia ella. La petición fue concedida y Sisifo vuelve a la vida; pero nunca cumplió la promesa hecha al dios del inframundo. Esto nuevamente ocasiona la ira de los dioses quienes nuevamente le capturan y le imponen como castigo, el único que pensaron, no podría soportar.

La condena era que Sisifo debería de empujar colina arriba una gran piedra y llegando a la cima, dejarla caer cuesta abajo, para volver a subir la roca y de nuevo verla descender para emprender una vez más la misma acción, así por toda la eternidad. Pero Camus hace una explicación de la que podemos deducir que ante lo absurdo de la vida, el tedio que genera la rutina mal entendida, aunque derive de una actividad del trabajo, debe ser superado.

Hay quien todos los días se levanta, vamos al trabajo por cuatro horas, sale a comer o vuelve a casa para intentarlo; para luego volver al trabajo por otras cuatro horas de labor. Así de seis días a la semana para descansar un solo día y luego emprender el mismo camino, una y otra vez, por semanas, meses y años.

 ¿Cómo relaciono este mito con el último viaje del compañero? Pues porque el dolor, el tedio, lo absurdo y el vicio, sólo se vencen con nuestro pensamiento. Frente a ellos no puede haber resignación de ningún tipo. Y dudo que ir hacia atrás, sin herramientas sea por defecto algo que siempre sea negativo. En realidad creo que lo que este viaje busca es elevar el nivel de conciencia, no caemos en cuenta porque vamos sorprendidos por llevar las manos libres.  

Las acciones sin sentido, absurdas, resultan de difícil comprensión para los seres humanos pensantes y tal parecería que entre más se eleva el nivel de conciencia, mayor es el castigo al intentar comprender lo absurdo, lo que no tiene significado. Así le sucedió a Sisifo.

De la lectura del libro de Albert Camus “El mito de Sísifo”, el autor hace un planteamiento que me hizo cuestionar lo yo había dado por conocimiento firme y aceptado, en relación al último viaje del compañero masón, aquel en el que ya no llevamos herramientas de trabajo. Recuerdo que la liturgia habla de un significado Moral para ese periplo, en los viajes anteriores llevábamos instrumentos de trabajo lo que supone que los empleábamos, y que por consecuencia siempre marchábamos adelante; mas en éste estábamos ociosos, y en vez de seguir con el progreso, retrocedíamos al barbarismo.

El autor explica la forma en que podemos comportarnos ante el absurdo, de alguna forma siendo hombres rebeldes. Pero ¿Qué relación guarda esto con el segundo grado? Reitero, me hace sentido este viaje, en tanto resulta útil al recipiendario para elevar su nivel de conciencia.

La Masonería coloca al trabajo como una actividad esencial del hombre, pues da frutos muy buenos. Pero tampoco prescribe que el ser humano se esclavice en su labor. Quien se afana demasiado en sus deberes, pone una venda en su ojos que no le permite ver más allá de sus herramientas y el resultado de su esfuerzo, dejando pasar la vida. Por eso el momento de ocio, si es de provecho, es el único instante en que se puede si quiera pensar y poner atención en lo que se está haciendo.

No siempre es necesario caminar hacia el frente o para adelante; el sentido y contenido de nuestra vida, aunque absurda, es algo que cada uno le confiere. Alan Watts nos dice que la conciencia es una visión de la realidad libre de ideas y prejuicios. Para desarrollar esa visión hay que conocernos a nosotros mismos.

Para lograrlo no basta el trabajo físico, intelectual o moral; se necesita del momento de descanso o de ocio que nos ayude a decantar las ideas y que permita contemplar lo que nuestros sentidos captan, para valuar en su exacta dimensión las experiencias.   

Ustedes qué piensan: ¿si retrocedemos, si marchamos sin herramientas, si no damos pasos al frente, hemos tomado un camino equivocado? 

FRATERNALMENTE

LUIS

MM

RESP LOG SIMB ANTONIO CANALES OLIVARES NÚMERO 64.

Los siete vicios.

Durante nuestro proceso iniciático, siempre hemos mantenido la premisa de “elevar templos a las virtudes y ahondar pozos sin fin a los vicios”…, este hermoso precepto lo mantendremos a lo largo de toda la carrera masónica, porque es la esencia viva del trabajo de nuestra orden. Pero esta ardua tarea de encerrar a los vicios parte del principio fundamental del compromiso con el trabajo interior, la disciplina en el trabajo esotérico es la herramienta fundamental para poder iniciar la colosal tarea de edificar ese templo interior.

Para encarcelar y dominar los vicios hace falta cavar primero los pozos y esa tarea se inicia desde el primer momento que empezamos a estudiarnos a nosotros mismo, desde el momento de la iniciación masónica, en esa parte fundamental en donde nos fundimos con el elemento tierra. En este análisis tenemos la primera arma para iniciar el estudio de esos emblemático siete vicios, que derivan en tantos elementos perjudiciales que truncan y atrasan el trabajo de todo iniciado, esa arma es la rectificación, que nos dará la luz para aceptar que tenemos esos vicios, que nos tienen dominados, que nos manejan en muchísimos casos a su antojo, pero que hemos tomado la decisión firme de ahondarlos para siempre en los pozos sin fin.


Pero sin el compromiso claro de un trabajo consciente sobre el desarrollo de nuestro espíritu no podremos lograr la meta, aun cuando el gran arquitecto nos entregue todos los dones y todas las herramientas posibles. Lo lejos que podamos llegar en ese trabajo asignado desde la etapa de aprendiz cuando recibimos la luz, es asunto exclusivo de cada Q.’.H.’. ya que para poder edificar la obra que no es más que el dominio de esos sietes vicios y transmutarlos en virtudes, se requiere, alto desarrollo espiritual, una vida de constante humildad, mucha auto-observación y sobre todo servicio a nuestros semejantes, procurando siempre ayudar y enseñar cuanto podamos, que es lo que nos dará el capital suficiente para lograr convertirnos en verdaderos alquimistas de la luz. Al integrarnos con nuestro espíritu, que no es más que nuestro maestro interno, ese venerable maestro, de muchas existencias que hoy dominado por lo denso de la materia que ocupa, rodeado de esos vicios que hoy en día están más acentuados en este plano, busca incesantemente las respuestas en diferentes caminos, hasta encontrar el compendio de herramientas que lo ayudara a edificar su obra y lo enseñara a practicar la alquimia y transformar una serie de elementos que por sí solo serían perjudiciales para su obra, en virtudes que lo consagran en el camino duro del proceso de construcción de su templo interior.

Luego de analizar y consultar alguna bibliografía y coincidir en su mayoría coloco los siete vicios: 1- La pereza, como primer aspecto negativo a estudiar y analizar, porque la inconstancia, la falta de compromiso que derivan directamente de este, hacen que los trabajo se atrasen y truncan la obra de todo iniciado, pero si sabemos trabajar este vicio a beneficio de nosotros transformándolo en la virtud de la constancia, del amor al trabajo espiritual y material, los resultados serán evidentes en el proceso de manejar los otros seis vicios; 2.La lujuria, cuánto daño y desequilibrio conlleva este elemento altamente perjudicial para el iniciado, afectando su entorno y a su familia, llevándolo a cometer cuantas abominaciones podamos imaginar convirtiéndonos en verdaderos esclavos, deshonrando el don más sagrado conferido que es el poder creador a través de la energía sexual, prostituyendo esa llama sagrada del amor en el altar de las bajas pasiones que quema la vida, y oscurece el alma llevándonos sin medida al abismo de la degeneración.

Pero el iniciado medido a su trabajo, dominado y enterrando este
vicio encama el más grande de las virtudes que es el amor puro, ese que lo
establece como hombre libre y de buenas costumbres, entregado a su familia y a la
formación de ésta con el arma más poderosa que es el ejemplo, vivificando el
verdadero uso de la moral para construir, recordando siempre que sin una vida ética
y sin practicar la moral, ningún progreso espiritual es posible; 3. La ira: que tanto
nos ciega, que nos perturba y nos convierte en amargados, que retrasa nuestro
trabajo y nos aleja de la familia y los hermanos, esa que es la base del egoísmo que
nos ata a una vida llena de maldad, es sin duda unos de los factores más
perturbadores en el proceso del crecimiento espiritual, desvanece el amor y sin
amor es imposible crear obras a la Gloria Del Gran Arquitecto Del Universo. Al
transformar la ira en armonía con nosotros mismo y nuestros semejantes,
rectificando, corrigiendo, ayudando y sobre todo perdonando, podremos seguir
cultivando el arte de trasmutar los vicios en virtudes y en este caso particular la
armonía espiritual necesaria para ejecutar ia obra; 4. La gula es otro factor
destructivo que generalmente vinculamos con la forma afanosa y desmedía de
consumir alimentos, pero este vicio aplica, al cigarrillo, la bebida, y otras tantas
cadenas que llevamos encima por permitir que éste viva de nosotros, como parásito
que destruye poco a poco nuestro cuerpo físico que fue prestado para cumplir la
obra de redimirnos en este plano. Al trabajar con este vicio y convertirnos en seres
comedidos, es decir, que es moderado, no exagerado, agresivo ni irrespetuoso,
disfrutaremos de una vida más plena, sin excesos y sin abusos de ninguna índole,
impidiendo que por nuestros propios actos destruyamos la materia que ocupamos
y el daño que muchas veces sin saber infringimos a nuestros semejantes; 4.-La
envidia sin duda, nos ciega y nos convierte en prisioneros de las más viles ilusiones,
apartándonos del trabajo por estar pendiente del trabajo de los demás, por lo que
es necesario tener la balanza del equilibrio al admirar los progresos del prójimo para
que por justo sacrificio y esfuerzo se logren las metas espirituales y materiales. 5.- La
avaricia es otro de los más perversos vicios, que nos encadena y nos ciega en el
terrible mundo del materialismo, que es atraso de todo tipo, paralizando por
completo cualquier adelanto en nuestra obra interior, llevándonos a cometer los
peores crímenes por el amor desmedido de las riquezas materiales. La dominación
de este vicio nos lleva a un comedido uso de lo material, para el desarrollo y la
mejora de la calidad de vida para nuestras familias y hermanos, sin descuidar el
óvolo, de la beneficencia que tiene que plasmarse tanto en el plano material como
en el espiritual. 6.La soberbia y 7. El orgullo, no son más que el antifaz que sigue
puesto en nuestros ojos e impide ver la luz que se nos entregó en el día de nuestra
iniciación, es un sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás
impidiendo de verdad entregarnos a una rectificación verdadera y por ende dar inicio
al trabajo de dominar estos aspectos negativos que destruyen y paralizan el trabajo
ya iniciado.

Para cumplir con el sagrado precepto de “ahondar pozos sin fin a los vicios y elevar templos a la virtud”, tenemos que liberarnos primero nosotros de los vicios, para construir esa prisión donde después de juzgarlos por la oscuridad en que nos han mantenido en este plano hemos de meter a esos vicios, para transmutarlos y lograr así nuestra gran obra: Perfeccionar nuestro templo interior. A L.’.G.’.D.’.G.’.A.’.D.’.U.’., S.’.F.’.U.’.

Es cuanto.

FRATERNALMENTE

LUIS RAUL JIMENEZ FIERRO.

M.’.R.’.G.’.M.’. DE LA M.’.R.’.G.’.L.’. COSMOS A. C.

DEL R.’. E.’. A.’. y A.’. DEL ESTADO DE CHIHUAHUA. 2021-2024.

Causas que pueden matar una Logia.

El abatimiento de columnas es un fenómeno que puede presentarse al interior de las logias; es un suceso funesto que deseamos nunca suceda. Siguiendo las ideas expuestas en el “Manual de Masonería Simbólica” de José Díaz Carvallo, analizaremos las causas que pueden desintegrar una logia, lenta o rápidamente. 

El autor comparte 9 causas, pero aquí abordaremos sólo 5, las cuales creo son las más representativas.

1°.- No asistir a los trabajos con regularidad.

La asistencia del latín: _ “assiduus” _, significa “el que está al lado”. La asistencia es una de las virtudes del masón , no se trata solo del comportamiento social, del compromiso asumido, sino de la participación en un Egregor que beneficia a los que están “a su lado”; se refiere al eslabón de la cadena; la necesidad de la formación del grupo.

2°.- Ser oposicionista sistemático a todo, provocar discusiones inútiles que molesten a los HH.’. y demostrar a cada paso un espíritu de contradicción.

Toda logia es un grupo y como tal, para su buena marcha necesita que entre sus integrantes siempre exista una comunicación abierta y respetuosa. No obstante, para nosotros es importante que en todo momento, se aplique la tolerancia respecto a las ideas y opiniones de los hermanos. 

Quién sistemáticamente se opone a todo, da muestras de que no comparte los mismos objetivos que el resto de integrantes. Aquí debemos distinguir entre la facultad de disentir, que se funda en el justo discernimiento, y la caprichosa opinión sustentada en la pura necedad. Entendemos que en la base de nuestras opiniones están nuestras percepciones; pero en todo tiempo, debemos estudiar, para poder opinar fundamentados en el conocimiento de causa. 

3°.-  No pagar puntualmente sus cuotas mensuales, y querer que el Tesoro siempre esté a flote.

Este es un aspecto importante, porque la Masonería, aún y cuando estudia de manera importante lo que es la Caridad, desde mi punto de vista no puede confundirse con la beneficencia.

La Caridad es una virtud teologal que para nosotros, desde el punto de vista litúrgico es: la Fraternidad, inspirada en las buenas acciones. Por otra parte la beneficencia se puede entender como  el conjunto de acciones dirigidas a hacer el bien a los demás. 

En  la orden masónica, no puede  haber en ningún momento ni el deseo ni la acción que busque el lucro. A lo más, lo que nosotros hacemos es llevar a cabo obras para el sostenimiento de nuestra augusta institución. En la Orden Masónica únicamente importa el honor, la virtud y el talento;  quien busque el amor al dinero, encontrará que aquí entre nosotros nada valen los títulos, posesiones y riquezas que seducen al hombre, haciéndolo al final desgraciado. 

4°.- No aceptar cargos ni comisiones, ya que es más fácil criticar a los que aceptan, que cumplir con Dios.

A la Masonería se llega a trabajar, es un compromiso de por vida. Constantemente tenemos que trabajar contra nuestros enemigos naturales, las pasiones y contra otros muchos más peligrosos. No obstante, nuestro trabajo no siempre es solamente intelectual o espiritua. En otras tantas ocasiones requerimos de empeño, energía y ánimo para poder cumplir con los encargos que nos confiera la Logia.

No son tareas sencillas, debemos estar siempre prestos para servir y cumplir con nuestro deber, porque sabemos que nada da más felicidad, que precisamente poder admirar el deber cumplido.

5°.- No dar su opinión sobre algún asunto, y murmurar fuera del taller sobre la resolución que sobre él se haya tomado, diciendo cómo debía haberse hecho.

La Masonería señala que todo concierto humano exige orden y disciplina. Es necesario que unos gobiernen y otros obedezcan, sin abusos por parte de los primeros y sin envidias ni murmuraciones por parte de los segundos. En todos debe existir el deseo de agradarse mutuamente, procurándose la mayor satisfacción, una sola tendencia, una sola finalidad, un solo propósito, son los que deben guiarnos.

Estas reflexiones se comparten con la única intención de que los integrantes de las logias nunca caigan en conductas que debiliten o extingan la luz de sus respectivos talleres; no basta más que recordar que es muy bueno y delicioso habitar los hermanos juntos y en armonía y que siempre venimos a Logia para buscar los senderos de nuestra propia superación. Entre nosotros no hay uno mejor ni peor, pregonamos la igualdad fraterna y juramos socorrernos mutuamente, uno para todos y todos para uno.

Fraternalmente

Luis.

Salmo 133.

Cuántas veces hemos asistido a los trabajos de Logia y hemos escuchado en la apertura de los trabajos el salmo 133 de la biblia, el cual invoca el desarrollo espiritual que debe reinar en nuestros trabajos, sin percatarnos de su profundo sentido. Es por ello que ahora me permito analizarlo con la ayuda de un Diccionario Bíblico.

El mencionado salmo se intitula:

LA BIENAVENTURANZA DEL AMOR FRATERNAL”.

Y dice:

“1!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en armonía!

2 Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Y baja hasta el borde de sus vestiduras;

3 Como el rocío de Hermón,
Que desciende sobre los montes de Sion;
Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna.”

El Diccionario Manual de la Biblia de Merrill C. Tenney, nos dice lo siguiente:

“Mira cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía, es como el buen óleo sobre la cabeza… El óleo es sinónimo de aceite; refiriéndose en la Biblia al aceite de oliva, parte importante de la alimentación. Se usaba para hacer la comida curar Heridas, como cosmético, para ungir a los altos funcionarios, como combustible y material de alumbrado. Simboliza al espíritu Santo.

“…. El cual desciende sobre la barba la barba de Aarón…”:

La barba entre los semitas, es símbolo de la dignidad varonil; se la cortaban afeitaban en señal de duelo; les estaba prohibido a los israelitas despuntarse, probablemente porque entre ellos se interpretaba como un acto religioso.

“… Como el rocío de Hermón….”:

El rocío con frecuencia es considerado como símbolo de bendición; Hermón (montaña sagrada) macizo montañoso situado al sudeste del antiguo Líbano del cual se separa un profundo valle de casi 50 km al suroeste de damasco y de una altura de 2700 m sobre el nivel del mar se le conoce con el nombre de Sion, entre otros.

… “Que desciende sobre los montes de Sion…”

Sion (elevado) monte de Hermón. Uno de los montes sobre el que estuvo emplazada la ciudad de Jerusalén. En forma figurada se refiere a la iglesia judía y a la Constitución política y al cielo.

…. “Porque allí envía Jehová bendición y vida eterna”.

Jehová.-Ternaliteración castellana del tetra grama hebreo YHWH nombre del Dios de Israel: se desconoce su pronunciación original pues debido a la reverencia que se le profesaba el nombre de Dios, nunca se le pronunciaba. Cuando se añadieron los puntos vocales al texto consonatal hebreo , Los escribas judíos insertaron al YHWH Las vocales para Adinai y se transformó en Adonai (señor). El nombre deriva del verbo “ser” y de ahí se implica la eternidad de Dios.

En el antiguo testamento hay diez combinaciones de la palabra Jehová y del libro del “Secreto de los salmos” de Magnus Brunos nos dice:

“Salmo 133.- El que rece este salmo diariamente, no sólo mantendrá el amor a la amistad de sus semejantes sino que hará otros amigos más“.

De acuerdo a lo anterior se puede llegar a las siguientes conclusiones:

Este salmo de la Biblia nos describe la forma en que en logia debemos trabajar, ya que esta palabra “hermanos, es genérica en esta parte de la biblia y se refiere únicamente a los hombres. Al decir: “que el óleo desciende sobre la barba“ y es en la logia donde de acuerdo a nuestras costumbres los que únicamente trabajan son los queridos hermanos y con ello venimos A recibir el alimento espiritual a través de los trabajos que en este punto geométrico se realizan.

Es únicamente, con el trabajo realizado por los hermanos y el propio (Alimento espiritual) con el que trataremos y podremos desbastar la piedra bruta; más en este salmo nos indica que no únicamente cuidemos de nuestra vida espiritual sino también que nos ocupemos del cuerpo ya que el G.’. A.’. D.’. U.’. (en el salmo “el espíritu Santo“) desciende de la cabeza a la barba y de ahí hasta las vestiduras, indicándonos por lo tanto que debemos de buscar a través de la luz de nuestros hermanos la conservación y perfeccionamiento tanto espiritual como físico.

Así también puedo concluir que el producto de los trabajos es como el rocío, el cual se puede tomar como sinónimo de agua y el agua en nuestra querida institución es sinónimo de vida, convirtiéndose por lo tanto en el alimento de nuestra vida espiritual. Es por ello que exhorto a los queridos hermanos a presentar trabajos para poder llegar con más facilidad a nuestro perfeccionamiento. Y con ello aprendemos a vivir mejor y de morir, buscar con mayores méritos un lugar en el E.’. O.’.

Y es la Logia del lugar físico donde buscamos la espiritualidad y con ello buscamos la perfección; y donde sino, tenemos otras oportunidades de estrechar los lazos de amistad y de fraternidad con nuestros queridos hermanos masones.

Hidalgo del Parral, Chihuahua.

Q.’. H.’. José Puga.

El discernimiento y el grado de Maestro.

Que los hermanos logren transformarse de seres humanos ávidos de alcanzar la verdad y la virtud o en otras palabras convertirse “en más que hombres” es uno de los fines de la Maestría. El poseedor del tercer grado consigue el dominio completo de todos los componentes de su ser. El dominio de los instintos es tarea especial y más particular de los adeptos de este grado.

Solamente cuando se llega a dominar los instintos y se acaba con los vicios, podemos considerar que existe una verdadera regeneración individual de toda la naturaleza humana del iniciado. 

En este grado se considera que se alcanza por completo la verdadera muerte iniciática. Ésa muerte solamente es consecuencia de una recta, justa y perfecta filosofía y; de un real conocimiento de la verdad. Yo diría que solamente a través de la filosofía, es decir, a través del amor a la verdad, se muere por completo para los errores y  cualquier forma de ilusión. 

Sin embargo, la verdad se alcanza solamente cuando se tiene un deseo tan vivo y violento de conocerla; se requiere entrar en una lucha tan enérgica, como si vuestra vida dependiera de alcanzarla. Pero ese deseo ferviente por alcanzar la verdad, la luz y la instrucción, solamente se logra, si estamos dispuestos a compartirla a los demás sin limitación alguna.

Los Maestros no podemos olvidar que nunca podrá el hombre morir para el error y la ilusión, hasta que no haya aprendido a discernir entre esta y la realidad.

La cualidad del discernimiento es consecuencia de la madurez de la conciencia individual, sobre la cual cesan gradualmente de tener poder las cosas y circunstancias exteriores que constituyen el dominio de la ilusión y de la apariencia. 

El discernimiento se adquiere con el estudio, la reflexión y la meditación, con la observación y la experiencia rectamente entendidas e interpretadas con el más alto y profundo deseo de conocer la verdad y la realidad final y fundamental que en los objetos de la misma se encierran. 

También se adquiere por medio de la práctica de la virtud, aprendiendo a preferir y anteponer los motivos más nobles y elevados de las acciones; a los motivos más bajos, innobles y egoístas. Eligiendo conscientemente entre un motivo y otro, entre una y otra determinación. Con esta elección, manifestamos un primer grado de discernimiento individual, lo usamos y expresamos, de tal manera que ese es el talento más precioso y soberano entre todos, ya que es el único que puede hacer efectiva nuestra soberanía personal, en otras palabras así se alcanza una verdadera libertad. 

Por esta razón la Masonería nos enseña fundamentalmente a pensar por nosotros mismos y hacer el bien por el bien. 

No puede haber verdadera elección sin discernimiento ya que nuestra libertad es una facultad o potencialidad latente; pero tampoco puede haber verdadero discernimiento sin elección. Esotéricamente estas dos facultades se representan por las dos columnas. La columna B es emblemática  del discernimiento individual y nuestra facultad de pensar por nosotros mismos, llevando en nuestras propias manos las riendas que guían el carro de nuestros pensamientos en el dominio pasivo de la Fatalidad. La columna J es la que indica de la misma manera la perfecta y justa elección hecha con la espada del recto juicio y discernimiento, representada por el octavo arcano, es decir de la justicia.

La verdadera maestría consiste en que aprendiendo a pensar por nosotros mismos, elegir de libremente entre el bien y el mal es dominarse a sí mismo para convertirse en un Ciudadano, soberano en el Estado. 

FRATERNALMENTE.

Luis.

Masonería y algo más.

La Masonería es una escuela simbólica, idealista y realista y cuando esta trilogía se conjuga en una sola, su atracción es poderosa y nos retie­ne en su seno, a pesar de los vaivenes propios de una institución en crecimiento, como es nuestra augusta institución.

La masonería vista en esta trilogías simbólica, idealista y realista es algo intangible e indefinido que no podemos localizar, definir o analizar a pesar de que es absolutamente real y que está definida de un modo perfecto su orden es asombroso, justo y perfecto, quizás por eso ejerce en nosotros inconfundible seducción, algo misterioso y estimulante que nos arrastra perpetuamente adelante hacia un infinito objetivo. Y cuando te identificas con esta manera de pensar estás haciendo MASONERÍA. SÍ esto es masonería.

Querido Hermano Masón, muchas veces he observado tu actuación en el mundo profano en donde reina la inquietud y el bullicio; pero también te he visto entrar a nuestra Logia, donde reina la dignidad y el orden, y se expe­rimenta una atmósfera fraternal, y como cambia tu conducta y empiezas a mostrar tu conducta masónica en cuerpo, alma y espíritu, y cuando ocupas tu lugar y tu puesto asignado, como te identificas con el, por humilde que sea, y que bien lo desempeñas, porque colaboras con todos los demás con un solo objetivo que los trabajos sean ordenados, bellos, fuertes y llenos de sabiduría y porque no decirlo JUSTOS Y PERFECTOS. Cuando te portas de esa manara eso es HACER MASONERÍA,

Nuestros rituales masónicos, son como el agua fresca de los manantiales perenes, nunca pierden su atractivo, ni cansan, ni se envejecen, antes bien, su belleza, su majestad y su significación aumentan a medida que nos familiarizamos con ellos, nuestros rituales son trozos de suprema literatura, de satisfacción ética y de simbólicos significados. Esto es masonería y algo más.

La fraternidad masónica no sólo debe hablarse y sentirse, sino que debe vivirse en el hogar, en el trabajo, en la logia, y ¿por qué debemos vivirla? Porque la FRATERNIDAD es el verdadero nervio, corazón y espíritu de la Masonería y si la aceptamos sin evasivas, equívocos ni reservas de ningún género podemos llegar a nuestro pleno desarrollo masónico.

Cada secreto comunicado como preludio de ulteriores secretos; cada nuevo toque, cada nueva palabra sagrada conocida, no es en realidad si no una llave de paso que nos abre la puerta del esoterismo filosófico de nuestra orden. Crecer en el conocimiento masónico es hacer masonería y algo más.

Y si la masonería sigue siendo nuestra cuestión, entonces dediquemos a ella, y con ello estaremos haciendo masonería, y algo más.

Ote∴ de Chihuahua Chih, 16 de octubre 2009 E∴V∴ 

Fraternalmente 

Prof. David Hernández Álvarez. ( En el Et∴ Or∴ ).

R∴L∴S∴ Antonio Canales Olivares Número 64.

Los deberes del Aprendiz Masón.

Al ingresar a la Masonería no se tiene generalmente una idea fidedigna de aquello que se va a encontrar; cualquier cosa que se diga sin haber vivido la experiencia es mera especulación y consecuencia, un derroche inútil de energía. Los juramentos que hacemos, siempre los proferimos de palabra, sin antes conocer su contenido. Es como si firmamos un documento en blanco. Pero adquirir estos compromisos no perjudica en lo más mínimo al recipiendario, pues nuestra orden practica una sana moral que es atemporal y por doquier aceptada.

En cualquier época y lugar es bien visto un ser humano que cumple su palabra, paga sus deudas, trata con tolerancia y justicia a los demás, obedece las leyes del lugar en donde vive y respeta a la naturaleza, tanto la suya propia como aquella de todo lo creado. Esa es una moral a prueba de cualquier espacio o tiempo. No hay sofista que pueda derribar tan poderoso argumento.

Litúrgicamente el aprendiz tiene 3 obligaciones fundamentales: la primera; la segunda y; la tercera que no expreso para preservar nuestro secreto y que invito a todos hagamos un esfuerzo de memoria e imaginación para situarnos en la misma sintonía, pues hemos jurado no escribir nuestros secretos.

Profundizando y siguiendo la literatura de Oswald Wirth encontramos que sus deberes hermanos aprendices son: Callar ante los Profanos, buscar la verdad, querer la Justicia, amar a sus hermanos. y someterse a la Ley. ¿Tendrán la energía suficiente para no claudicar? Yo sólo sé que su perseverancia está en el bien.

En general el Masón es un ser humano discreto, pues entiende el poder de la palabra, tanto creativo como destructivo. Por otra parte esa discreción pone de manifiesto que a él no le seducen los títulos, ni las condecoraciones, pues nuestra orden sólo busca en sus adeptos honor, virtud y talento.

La disciplina del silencio es una de las enseñanzas fundamentales de la Masonería. Quien habla mucho piensa poco. No se llega a la Verdad con muchas palabras ni discusiones, sino más bien con el estudio, la reflexión y la meditación silenciosa. Por consiguiente, aprender a callar es aprender a pensar y meditar.

Hay que buscar la verdad. En lo que venimos a trabajar se trata de eliminar los errores que desfiguran la verdad, la verdad está en todas partes, pero oculta. Hay que distinguir de entre lo falso y lo cierto, lo supersticioso de aquello que pueda ser fe o convicción. Por ello el Masón tiene prohibido hacer juicios a priori, para bien o para mal. Debe ser una inteligencia ampliamente abierta a todas las ideas susceptibles de provocar una modificación en las convicciones presentes. El que tiene sus ideas estancadas y trata de conservarlas no es un hombre de hoy, de progreso: es un pontífice que cree que sabe y que tiene fe en su infalibilidad. Si la iniciación no logra desengañarlo es porque cierra los ojos y tiende a permanecer Profano.

En el constante esfuerzo de buscar la verdad, pueden generarse roses; en principio porque ninguno aprecia la realidad igual que otro. En la base de nuestras opiniones están nuestras percepciones. Nadie está en el error absoluto y nadie, por otra parte, puede enorgullecerse de poseer la verdad perfecta. Por ello la Masonería nos recomienda la tolerancia y el respeto absoluto a la libertad de conciencia. Ya lo decía Juárez en el principio de una de sus muchas frases célebres: “Libre, y para mi sagrado, es el derecho de pensar…”. Por ello les puedo decir que no tratéis de imponer nuestra manera de ver; llevad a los demás a descubrir lo que vos mismo habéis encontrado. Pensad y haced pensar.

El Masón debe querer la justicia. Esto significa que admitimos nuestra posición como miembros de una sociedad en la cual tenemos que trabajar para que todos podamos acudir y convivamos como hermanos. No debemos perder esa capacidad empática de sentirnos herido por toda iniquidad, aun cuando no seamos la víctima directa. Esto se logra a través del estudio que eleva el nivel de consciencia, ya que aquí se aprende a mirar a los infelices y desvalidos como a uno más de nuestros hermanos.

El respeto a la ley. En cuanto a las leyes positivas, por imperfectas que sean, no son menos respetables. Ellas constituyen el elemento fundamental de toda civilización, nos dan garantías contra las arbitrariedades, aseguran el orden y se imponen como una sanción necesaria del pacto social. Un Iniciado se somete, pues a las leyes aun cuando fueran injustas. El se inclina ante la voluntad general aunque ésta esté equivocada. Sócrates prefirió beber la cicuta antes que sustraerse a la sentencia legal, pero inicua que lo humillaba.

Para el Pensador, la razón es la ley suprema, contra la que no podrá invocarse ninguna estipulación escrita. El Iniciado goza de entera libertad, porque es plenamente razonable y, por consiguiente, no puede hacer sino un buen uso de su voluntad. Se es libre porque se elige con conocimiento de causa y aceptando incluso los imponderables a los cuales siempre estamos supeditados. Al fin y al cabo, la única libertad que se tiene, es la libertad de pensamiento, es la única que se puede alcanzar y asegurar.

FRATERNALMENTE

Luis

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64.


Bibliografía.

El Libro del Aprendiz, Oswald Wirth.

La filosofía masónica, un antídoto contra el sentido común. La parte individual. (*).

El sentido común es una aplanadora por la cual todos piensan lo mismo y dicen lo mismo. Ya he comentado aquí que donde todos piensan igual, entonces esto es señal de que nadie piensa realmente.

En el primer grado se podría decir que la filosofía fundamental que se estudia, es lo sustentado por Descartes en “El discurso del método”: la duda filosófica. Llegamos a la Orden Masónica  porque intuimos que existe una verdad, la cual dista mucho de lo que el común de los hombres afirma. Desde el primer día la Filosofía Moral nos enseña que quien no piensa o no examina, que el que jura en las palabra de otro y se abstiene de investigar, si lo que se le enseña o se le  ha enseñado es cierto, no es un hombre, es una máquina. Dudad amigo mío de lo que no conozcais o no comprendais por vos mismo.  

Cuando René Descartes dijo: “Cogito ergo sum”, puso en el centro de toda actividad de pensamiento al ser humano. Dudar de todo es una expresión de nuestra libertad. La libertad se ejerce pensado, es decir, requiere una conciencia crítica.  El “no”, decir que no,  es un principio fundamental de la toma de conciencia, porque el “si” es siempre la afirmación de lo que está establecido. Decir que “no”, muchas veces es afirmarse a sí mismo. 

La libertad de pensamiento es la única a la que podemos aspirar, un lugar donde podemos ser totalmente libres. Como dijo Adan Watts: “No somos libres para trazar un círculo cuadrado, para vivir sin cabeza o detener ciertas acciones reflejas. Estos no son obstáculos para la libertad, sino condiciones de la libertad”. Pero soy libre para hacer todo aquello que no sea una contradicción y para pensar de la forma en que me sea posible.

Hay gente que no piensa, que es un sujeto pensado. No emiten ideas propias, repiten las ideas de los otros. Porque hay una ideología comunicativa que incide en la vida de la sociedad. 

¿Acaso crees que tú piensas sólo aquello que tú quieres? Al reflexionar, caigo en la cuenta que no. Muchas veces doy por sentado que las cosas son como son porque: así se ha hecho siempre;  porque todos lo hacen o, debo admitirlo nunca antes había pensado en eso. 

Desde pequeños nos inculcan verdades que nunca controvertimos. Hay tres fundamentales, seguro que sus padres alguna vez les dijeron: 1) eso no se dice; 2) eso no se toca y; 3) eso no se hace. Sin saberlo, los padres programan a sus hijos, ayudan a conformar en nuestras mentes el sentido común. Hasta nos han hecho creer que es una cualidad escasa el poseerlo. A mí me lo decían de niño. 

El objetivo de la ceremonia de iniciación es elevar el nivel de conciencia, al conceder al recipiendario la luz de la verdad. Pero esa luz, en realidad es sólo un fugaz destello; no es un impacto franco y abierto que aniquile el estado de oscuridad en que se encuentra el profano. 

Pero cuando uno decide ejercer su libertad, es una situación muy compleja. Grandes satisfacciones llegan; pero igualmente grandes pesares se sentirán, porque entonces somos totalmente responsables de nosotros mismos. Una vez que la alcanzamos, no podemos renunciar a ella, ni aunque cerremos los ojos.  Perdemos la posibilidad de escondernos tras la ignorancia, la indolencia o la cobardía.  Y en ese camino estamos prácticamente solos, nadie más reciente la consecuencia de nuestros actos. Ninguno otro deberá soportar las reprimendas de la conciencia, de la nuestra; de ella es imposible escapar. 

Pensar por uno mismo es peligroso. A veces se pierde la habilidad para congeniar con nuestro círculo social. A menudo el libre pensador es censurado o perseguido por aquellos a quienes conviene fomentar el clima de ignorancia.  Un pensamiento libre, expone ideas de conciencia crítica y no todos quieren escucharlas. Hay choques de violencia verbal que terminan en generar odio. En lugar de pensar se agravia, o en el mejor de los casos, se insulta.  Las ideas alimentan la democracia, la pluralidad y el progreso. 

Eliphas Levi dijo que:  “el hombre se libera de los males de la Naturaleza sabiendo sustraerse a la fatalidad de las circunstancias, por el empleo inteligente de su libertad”. 

Esto es cierto, no podemos liberarnos de la fatalidad sin el empleo de un pensamiento propio, porque el pensamiento es el principio de la libertad, la libertad se ejerce para pensar y poner en duda todo, absolutamente todo.

Fraternalmente.

Luis

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64.

*Lo expuesto en este trabajo se acopió de los textos originales de la Liturgia del primer grado, de las reflexiones del Filósofo argentino José Pablo Feinmann en su programa de televisión “Filosofía aquí y ahora”, así como del libro La Sabiduría de la inseguridad de Adán Watts.