La séptima libación.

Conforme nuestros antiguos usos y costumbres, corresponde al Gran Maestro, ofrecer este Brindis, al Sol; así como por la prosperidad de la nación mexicana y su gobierno legalmente constituido.

Los masones pertenecemos a una Institución respetuosa, responsable y forjadora de ciudadanos libres, igualmente responsables y respetuosos; nuestra Orden con sus enseñanzas morales nos demuestra que el Gobierno tiene una misión que la sociedad le ha delegado, velar por la paz y tranquilidad publica, defendiendo al débil del fuerte y viceversa, ocupándose de la educación e instrucción del pueblo para asegurar su desarrollo.

Esas son tareas esenciales que deben convertirse en verdaderos principios de la actividad publica. Hoy en día las cadenas que cercan a los hombres ya no vienen sólo del poder soberano y despótico de la propia patria; actualmente los intereses extranjeros, los mercados y los capitales son las rejas de esta jaula que limitan la acción y libertad de todos, aun que vivamos en una aparente independencia.

Aquí y ahora, un mundo que se mueve entre la idea de la globalización o la de los regionalismos a ultranza, que nos hacen olvidar que somos hermanos. Donde el beneficio y lo material es mas importante que el ser y la humanidad. Una sociedad dividida que ha perdido la idea de la fraternidad y la solidaridad, a esto es a lo que han reducido al pueblo, sin importar el estrato social al cual se pertenezca, pues en el fondo, nadie puede dejar de formar parte de el.

Con este brindis en honor al astro rey, simbólicamente se pide la Luz, la gran Luz que permita a nuestros dirigentes ejecutar su encargo con dignidad y diligencia mirando en todo por el bien y prosperidad de la nación. Pero el masón comprende que no hay forma de gobernar a los demás, si no se gobierna uno a si mismo.

Para ser libres y cooperar al engrandecimiento de la patria, no haremos una revolución armada. A través de nuestra filosofía moral, aprendiendo a pensar por uno mismo para conocer los deberes que cada uno tiene para consigo mismo, para con sus semejantes y para con el G.’.A.’.D.’.U.’.. De esta forma sólo generaremos una re evolución en la conciencia del masón, ese efecto paulatinamente impactará en nuestra familia, en nuestro grupo social, en la comunidad y así en toda la Nación.

La labor es ardua, debemos ser la argamasa que una y no materia que genere fricción. Los aquí presentes, tenemos fe en nuestros ideales, esperanza en realizarlos y amor a la humanidad para lograrlo.

Fraternalmente.

Luis.

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