Libre y de buenas costumbres.

Es la condición requerida para que un profano ingrese a la Masonería a través de la Iniciación. No es suficiente que el candidato sea políticamente libre. No es suficiente tener un comportamiento moral común. La Masonería proclama que su filosofía se basa en la tradición, los usos y las costumbres.

Por lo tanto, las “costumbres” no son un mero comportamiento, una conducta moral, sino un universo de prácticas que llevan al ser humano a amar la vida espiritual. El candidato debe asistir a la Iniciación con una disposición casi innata de “amar a su futuro hermano” como a sí mismo. Esto requiere un comportamiento hacia tu propio cuerpo, hacia tu propia alma y hacia tu espíritu.

Ser libre y de buenas costumbres es un requisito de mayor profundidad de lo que parece a primera vista; sería muy cómodo aceptar a un candidato que es políticamente libre, porque no hay más esclavitud en el mundo; o que, penalmente, no esté encarcelado, cumpliendo una sentencia.

La libertad requerida es amplia; no hay compromisos que inhiban el cumplimiento de las obligaciones masónicas, no hay restricciones mentales.Todo masón, incluso el más antiguo de la Orden, tiene el deber de permanecer “libre y de buenas costumbres”.

Breviário Maçônico / Rizzardo da Camino, – 6. Ed. – São Paulo. Madras, 2014, p. 223.23

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