De la forma en que hacemos Masonería.

Tomo la palabra esta noche, para compartir con ustedes unas breves reflexiones. Estudiamos aquí la filosofía moral para conocer la práctica de las virtudes. Nuestro trabajo es dual. Tiene una parte interna y otra externa. La primera es personal, se logra con introspección, contemplándose a sí mismo. Tan importante es, que lo primero que hacemos al llegar, es descender a las profundidades de la tierra para rectificar. El trabajo al exterior es aparentemente más sencillo. Para percibirlo basta mirar nuestra conducta en relación a los demás. El esfuerzo hacia adentro, puede apreciarse sin siquiera ser visto.

Yo acudo a la Masonería porque quiero ser mejor persona. Originalmente, mi vanidad intelectual y la curiosidad permeaban ese deseo de superación. Ese anhelo hoy, creo es legítimo.  No sé realmente, cuál es su objetivo al llegar aquí. No hemos platicado lo suficente; no por falta de tiempo, nos ha faltado profundidad en la conversación.

El avance que he tenido en estos 15 años lo he logrado leyendo, estudiando y en lo posible desplegando una actitud de servicio a mis hermanos y a la orden. Los grados que ostento me han costado energía. En sí mismos solamente han incrementado mi cultura. Eso no es lo importante.  Lo trascendental es el conocimiento interior que se obtiene cuando se trabaja bien el grado.

Voy a poner un ejemplo. Todos aquí conocemos la escuadra que es una  herramienta utilizada en la filosofía moral para investir la dignidad del Venerable Maestro. En los estudios de este grado se examina desde la etimología de la palabra, su uso en el arte de la construcción, los tipos de escuadras existentes entre otros datos informativos.  

Pero ¿Cuántos de nosotros reflexionamos acerca de lo que es la equidad y la justicia? Estas son palabras que utilizamos con mucha frecuencia y desconocemos su significado correcto. Este es un nivel un poco más hondo de conocimiento; pero no lo es todo. En realidad existe un alcance o acepción de mayor relevancia que lo expuesto. Se relaciona al valor que cada uno le de a esa herramienta y el contenido axiológico que le atribuya con la finalidad de utilizarlo en su vida diaria, para sí mismo, para sus semejantes y en relación al Gran Arquitecto. 

No obstante, si no se estudia, lee, escudriña y medita; difícilmente se podrá llegar hasta el fondo. La Masonería como el campo; sólo entrega sus frutos a la hábil mano que le trabaja. ¿De qué sirve ser recibido en distintas cámaras y obtener diplomas de grado; si se ignora el punto medular de cada uno de ellos?

De nada. Es lo mismo a tragar sin digerir un alimento que no nutre. No se puede brindar un servicio a la orden, con pura asistencia a la logia. Se requiere trabajar constantemente a fin de alcanzar la virtud y la instrucción. Sin embargo, todos somos libres y tenemos libertad hasta para perder el tiempo y fingir que somos masones. Estoy obligado a respetar esa libertad y me he comprometido a ayudarles a cumplir sus objetivos, aun y cuando me parezcan por demás fútiles.

Si los que estamos aquí, no queremos hacer masonería al interior de los talleres; ¿Como esperamos ayudar a los demás, a nuestra comunidad? La Masonería no es un club social. !Vamos¡ hay clubes sociales como los motociclistas que hacen más filantropía que nosotros, herederos del Arete Real, descendientes directos de Hiram Abif y eso que aquellos sólo se juntan por convivir. 

Esos sacos de beneficencia tan raquíticos que damos; se junta más en las limosnas de la iglesia que en las logias. Y eso que aquí la hospitalidad debe ser entendida como dar lo que tengo, sin esperar nada a cambio; no entregar lo que me sobra y ya no quiero. 

Debe darnos vergüenza el venir cada día y seguir igual o peor, llenos de defectos; seamos congruentes con lo que decimos y hacemos. Así, no somos dignos de considerarnos buen ejemplo. Ni para nuestros hijos, ni para nadie.

A la Masonería no se viene a pedir o a recibir; uno da lo que tiene. Se aprende a dar y a compartir. Para tener más hay que estudiar y trabajar; pues nadie da lo que no tiene.

Es cuanto.

FRATERNALMENTE

Luis

M∴M∴

Resp∴ Log∴ Simb∴ Antonio Canales Olivares Número 64

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